Cuenca

Aframas agradeció a personas e instituciones la ayuda recibida durante la Pandemia

Redacción | Miércoles 23 de diciembre de 2020
Fue en un sencillo acto que tuvo lugar bajo los balcones de Aframas: una Asociación que gestiona una residencia de personas adultas con discapacidad intelectual en la calle Alonso de Ojeda, número 7 de la ciudad de Cuenca. En los balcones de la propia fachada adornados con motivos navideños desde los que Francisco Ayala, Juan Francisco Cano, Francisco López, José Ramón Martínez, Alberto Pérez, José Garrido y Jesús Torrijos, residentes en Aframas, daban bienvenidas personalizadas mientras los invitados esperaban, por turnos, junto a una mesa colocada al otro lado de la calle, en la acera, en la que encenderían luminarias y recibirían un obsequio.

Elena Carrasco, vicepresidenta segunda de la Diputación Provincial venía “a certificar el gran esfuerzo que hacen desde Aframas durante todo el año porque tengo amigos aquí, y me consta de que es así. Lo que hacemos desde la Diputación Provincial es ayudar, siempre que nos sea posible”. Allí, al otro lado de la calle, junto a la mesa en la acera, agradeciendo las palabras de los presentadores, Gerardo Rubio, presidente de las Asociación de Vecinos del Casco Antiguo agradecía el trabajo que hacían aquí, en Aframas. “Es que es fantástico. A ver si el año que viene podemos hacer más proyectos juntos, más cosas porque estamos encantados de colaborar, de hacer talleres. Echo de menos que estas cosas no sean más rutinarias”

Carmen Torres, médico del barrio Alfono VIII, estaba allí porque “son pacientes míos, de cupo, y les agradezco que hayan tenido este detalle conmigo”. Lo dice junto a Isaac Gómez, de UCAPI, Unidad de Continuidad Asistencial de Atención Primaria y Medicina Interna, del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, que tiene como objetivo ofrecer una atención integral a los pacientes crónicos y pluripatológicos del Área de Salud evitando ingresos hospitalarios, complicaciones y visitas innecesarias a los servicios de Urgencias.

Mari Luz Fernández, delegada de la Consejería de Sanidad, que también había acudido a la cita, a esta demostración de cariño y gratitud preparada desde Aframas, manifestaba que “estoy aquí, como siempre, cuando alguien me llama, me necesita como persona y como delegada de la Consejería de Sanidad. La unión hace la fuerza, es cierto. Hemos caminado juntos todo este año y, eso, es lo importante. Ir de la mano. Poner medidas, medios y superar las situaciones como se han superado aquí, en Aframas”.

Amelia López, delegada en Cuenca de la Consejería de Bienestar Social, estaba acompañada por Estrella Cubas, jefa de servicio de Discapacidad Cuenca. “Hay luz, sí, encendido pero también agradecimientos de unos a otros. Entre todos tenemos que luchar, trabajar con las personas mayores como las que tenemos aquí, contra este virus. Personas fuertes que siguen confinados en estos momentos y, aun así, míralos, mantienen la fuerza y la ilusión como si nada”

También estuvo Rodrigo Molina Castillejo. Estuvo como delegado en Cuenca de la Consejería de Desarrollo Sostenible y representando a Geacam. “Nos tocó hacer esta labor de desinfección en esos tiempos en los que, el peligro, era real y, el que nos den las gracias ahora, pues es de agradecer en nombre de todo el colectivo, del personal de Geacam al que represento en este momento”

El Club Atletismo Cuenca llevó a cabo un pequeño milagro cuando, Aframas, necesitaba con urgencia atender las necesidades que el Coronavirus se había llevado por delante. Lo recuerda Rodrigo Albaladejo, presidente del Club, porque nunca, antes, se había recaudado tanto dinero: “Es cierto. El objetivo era lograr unos 20.000 euros y logramos pasar de los 30.000. Encima era virtual. La gente se movilizó y tuvimos grandes resultados”.

A las 19:15, saludaban desde el balcón la llegada del alcalde, Dario Dolz, y la de la concejala de Servicios Sociales, Ester Barrios, que escucharon con gran atención los mensajes de tres de los residentes. “Es muy emocionante escuchar a todos los chicos. Sobre todo cuando nos dan las gracias cuando, nosotros, somos los que tenemos que dárselas a ellos porque han sido un ejemplo de entereza, de orden, ejemplo cuando han tenido que seguir las pautas marcadas. Es verdad que ahora tienen cercenadas las salidas y las visitas pero queda poco”

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