Cuán ingrato ha de ser, ser personal sanitario actualmente y ver que hay personas que niegan la presencia del maldito virus que desde Marzo lo ha cambiado todo.
Pues esa es la misma sensación que tenemos los vecinos de Villalba de la Sierra que hemos mantenido una reunión improvisada en nuestro pueblo aprovechando que el presidente regional Emiliano García Page lo ha visitado para clausurar un acto con empresarios.
De ley es decir que se nos ha oído, otra cosa es si se nos ha escuchado (acto por el cual lo oído se procesa mentalmente).
Que a estas alturas se siga negando que una granja con una capacidad de crianza en torno a los 90.000 lechones anuales vaya a ser contaminante y que los recursos hídricos no van a sufrir merma alguna es como negar el cambio climático, el virus de la covid o que la Tierra es redonda.
Para el vicepresidente José Luis Martínez Guijarro, si se ha dado luz verde a la Autorización Ambiental Integrada de la macrogranja de Zarzuela, pese a no tener proyecto de tratamiento de purines, es porque según los técnicos de la Junta cumple con los requisitos medioambientales. También nos asegura el vicepresidente que, frente a las multas impuestas por la Unión Europea a España por exceder la cantidad de amoniaco en los campos, se suple con el abono natural que no contamina tanto como el químico. Esto es como negar que necesitamos el aire para respirar. Los abonos orgánicos son detritus mezclados con la paja y que siempre conformaron la manera de fertilizar los campos y se disolvían lentamente en cada llovizna y las planta tomando las cantidades necesarias de nitrato. En la actualidad, de lo que estamos hablando es de purines y estos son una masa conformada con agua sucia, detritus, desinfectantes del lavado de la granja, antibióticos, rodenticidas (mata ratas)... y que al ser un producto líquido, éste pronto pasa a formar parte de la masa de agua subterránea y así degradar los manantiales o pozos que se abastezcan del mismo.
El agua que los vecinos del pueblo de Sotos beben se verá pronto contaminada puesto que los purines de la macrogranja de Zarzuela se esparcirán en terrenos que afectan a su manantial “la Gascona”. De eso nos hemos tenido que informar nosotros porque los citados técnicos no controlaron en ningún momento este hecho.
De nada sirve que durante 20 años se proyectara y animara a los serranos para que las inversiones de esta zona fueran en la dirección del turismo rural y de naturaleza. Fueron muchas familias de Villalba de la Sierra las que decidieron que su futuro iba a ser ese y sus ahorros se invirtieron por esa vía. Ahora donde hay un tejido empresarial que vive de esto se nos dice que es totalmente compatible lo uno con lo otro y que en otros pueblos están muy contentos. Muy contentos, ese es el argumento de base para que las personas que emplearon su tiempo, dinero, ilusión ahora se convenzan de que con una macrogranja de cerdos los habitantes de esta zona van a estar felices.
Negar que no repercutirá en el agua, negar de esta manera que cada vez las lluvias son menos generosas y permitir contaminar nuestros acuíferos de la Sierra es además de una insensatez, una aberración. ¿Pueden seguir negando nuestros políticos que el agua es y será nuestro oro líquido?
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Pues no, no estamos contentos los serranos de Villalba, Zarzuela, Portilla y en general de la zona del Campichuelo. Porque si llega a eclosionar el gran huevo: la macrogranja (esta palabra que no quieren oír porque alegan que tiene un tamaño medio), sabemos que detrás llegará la eclosión de otros huevos que no por ser más pequeños (macrogranjas de cebo de hasta 2000 cerdos y con posteriores ampliaciones hasta el infinito...) van a dejar la comarca irreconocible, insufrible e invivible.
Es importante conocer el dato por el que hablamos de macro, mega o maxi, porque Zarzuela aumentará su población con 2.685 cerdas de cría, 400 de reposición por la buena vida que van llevando, 6 verracos y una estimación de más de 90.000 lechones.
Tras el paso de las horas y al leer las noticias de la visita del Presidente, íbamos estando si cabe más y más temerosos porque ante el argumento de que no se debía de haber dado luz verde a un proyecto que entre otras cosas no cuenta con tierra suficiente para esparcir purines y que han tenido que descartar del proyecto la nitrificación- desnitrificación al no estar autorizada por la Comunidad Europea en granjas de nueva creación, se nos había asegurado que ese purín va a ser tratado sin indicar ni la forma ni el lugar de donde se va a procesar.
¿Acaso ese centro que anuncian a bombo y platillo para la zona de Palancares donde el vicepresidente Martínez Guijarro asegura que será un revulsivo para el aprovechamiento del sector forestal, de la economía circular (término muy de moda, pero el único círculo que vemos es el del negocio redondo para la ganadería industrial con sus exportaciones a Asia) y de gestión integral de los residuos... va a ser donde se haga el tratamiento de esos purines? Un proyecto que de manera tan ocultista están presentando sin decir realmente en qué consiste; ¿acaso será un centro de tratamiento de los miles y miles de metros cúbicos de purines? ¿Un proyecto altamente contaminante para una ciudad que ya solo aspira a ser el basurero de toda España? Decimos ciudad puesto que esos terrenos pertenecen al término municipal de Cuenca y se encuentran junto a las pedanías de Mohorte y la Melgosa.
Macroproyectos y macrogranjas para exportar carne low cost a cascoporro y convertir a una provincia despoblada en tierra contaminada: Donde no hay gente, no hay quejas. No hay vecinos que interrumpen y que molestan como los tábanos. De hecho, ante nuestra queja de por qué no habían cumplido con la promesa del presidente de que no se pondrían macrogranjas donde la gente no las quisiera, Martínez Guijarro nos dice ahora que ya no las quiere nadie por la que hemos “liado”.
Hemos apelado a él como máximo responsable de la provincia, que lo bueno o malo que se haga en ella recaiga sobre su conciencia y que ante todo sea un buen conquense.
Y nos ha asegurado que la administración regional no nos puede echar una mano porque a la macrogranja de Zarzuela se le ha dado el visto bueno porque cumple medioambientalmente, que tendremos que recurrir a la justicia.
No, señor Martínez Guijarro: el proyecto de macrogranja de Zarzuela no cumple medioambientalmente. Y sí, tendremos que demostrarlo donde haga falta. En ello estamos. Luego no se hagan los sorprendidos como ha ocurrido con la macrogranja de Villanueva de la Jara, que también “cumplía” medioambientalmente según la autorización que ustedes mismos (sus funcionarios) le dieron, pero cuyas obras ahora ustedes han parado por la protesta de Quintanar del Rey. Porque esperamos que en nuestros pueblos no ocurra como en Torrejoncillo del Rey, que han bebido agua contaminada por purines y tuvo que ser el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha el que le sacara los colores a su Administración Autonómica por expedir declaraciones medioambientales ilegales. Por favor, empiecen a velar por el interés público. Sus palabras nos hacen creer que están muy ocupados velando por el privado.