Cuenca

María Santísima de la Esperanza estrena saya y corazón bordado para el luto de este mes de noviembre

Redacción | Lunes 02 de noviembre de 2020

La Venerable Hermandad de María Santísima de la Esperanza ultima estos días los detalles para vestir de luto a su imagen titular, como ya es tradicional con motivo del mes de noviembre, mes dedicado por la Iglesia a los difuntos. Este año “es especial por muchos motivos” explican desde la Hermandad. “Las circunstancias que estamos viviendo hacen que la Hermandad, representada en la Imagen de la Virgen, recuerde a todos los hermanos fallecidos y, especialmente, a aquellos nazarenos que han sufrido la pandemia” destacan.

Es por eso que, para esta ocasión “tan significativa, Nuestra Madre estrena una saya de terciopelo morado, bordada en oro fino y sedas rojas, adquirida por la Hermandad y donada por un grupo de hermanos, que pretendía ser estrenada el pasado mes de marzo, durante el solemne besamanos”. Según explican desde la Hermandad, se trata de una saya realizada por el bordador Mateo López Crespo, en la que reutiliza unos bordados de una casulla sacerdotal del siglo XVIII, reordenados en una nueva composición y adaptados a la saya. “La antigüedad de dichas piezas hace que sean unos de los más bordados más añejos dentro de las hermandades y cofradías conquenses” destacan.

La saya se organiza en torno un gran motivo central con la inscripción “IHS”, siglas que hacen referencia al latín “Iesus Hommo Salvator”. De dicho medallón nacen otros dos secundarios, de menor tamaño, con una A y una M cruzadas: el símbolo del “Ave María”, referencia clara a la Santísima Virgen. Para completar la composición, dos templetes geométricos, y con claras influencias neo góticas, bajan hasta la cenefa del remate inferior, realizada a base de hojarasca.

Un corazón bordado para la Madre

Además de la magnífica saya, el taller de bordado de la Hermandad, ha realizado un corazón bordado en oro y plata fina, a modo de broche pectoral, aplicando las diversas técnicas aprendidas, dando como resultado una pieza singular y muy llamativa, con una gran complejidad técnica.

El diseño se inspira “en la iconografía del Inmaculado Corazón de María, una devoción muy extendida en todo el cristianismo, y que tiene con fondo referirse a la vida interior de la Bienaventurada Virgen María, sus gozos y tristezas, sus virtudes y su perfección” cuentan desde la Hermandad. A diferencia de la iconografía del Sagrado Corazón de Jesús, la corona que completa el Inmaculado Corazón de María, es una corona a base de lirios, simbolizando los pétalos la pureza virginal de su cuerpo y, sus doradas anteras, el resplandor de su alma, todos ellos abiertos, buscando en su corazón la Esperanza en la Resurrección. Un mensaje más actual que nunca en estos tiempos de pandemia.

Desde la Hermandad animan a los hermanos a encomendarse a la Virgen de la Esperanza en este mes de noviembre, recordando que la Madre está siempre con todos nosotros, especialmente en momentos de gran tribulación como los actuales, y que el espíritu de hermandad que caracteriza a la Semana Santa de Cuenca ha de mantenerse firme también ahora.

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