La crisis ha puesto en el punto de mira las fragilidades del sistema de cuidados de larga duración. Sin embargo, estas ya vienen de antiguo, tal y como se pone de manifiesto en el informe del Defensor del Pueblo de 2019, presentado el pasado día 13 de mayo, en el que se incluye una separata sobre la atención a las personas mayores en centros residenciales que concluye que “resultan necesarias reformas normativas de calado que garantice a los mayores el ejercicio de una serie de derechos y que se preste una mayor atención presupuestaria, formativa, dotacional e inspectora en los centros residenciales que permita hacer frente a toda una serie de retos que hoy tiene planteado este sector, y que con toda seguridad se incrementará en un futuro inmediato”.
Ahora que nos encontramos en proceso de desescalada, encaminándonos hacia la nueva normalidad, desde el Área de Sanidad de Podemos Albacete instamos a las autoridades sanitarias autonómicas a diseñar un plan de actuación en las residencias, enfocado tanto a dar respuesta ante posibles rebrotes de la enfermedad como a la organización de la nueva normalidad.
En primer lugar, como medidas inmediatas, se deben garantizar EPIs para todos los profesionales que prestan sus servicios en las residencias. Así mismo es necesario que se garantice un muro contra el contagio, haciéndose PCR a todas las trabajadoras/es al principio, y luego test rápidos cada 10 días como máximo. Es imprescindible que, en caso de rebrote, la derivación a los hospitales esté garantizada o que tengamos prevista la reubicación de residentes contagiados en aquellas residencias preparadas arquitectónicamente para ello, con habitaciones, mayoritariamente individuales y con dotación de personal sanitario suficiente para realizar atención hospitalaria; o bien tener prevista la apertura de instalaciones intermedias. De igual forma deben humanizarse las medidas adoptadas, asegurando el acompañamiento al final de la vida.
No debemos olvidar que nuestra Constitución garantiza que el derecho a la Sanidad es universal, sea cual sea la edad de la persona, por ello el sistema sanitario debe atender de forma gratuita a las personas que viven en residencias, y debe hacerlo con igualdad de derecho al acceso a sus servicios.
De cara al futuro es necesario repensar el modelo de cuidados de larga duración, de manera que se prime la vida en comunidad de los usuarios, dotándoles de los servicios y ayudas necesarias, así como una Atención Primaria más cercana a las residencias. Es necesario que se lleve a cabo una integración socio-sanitaria real.