Este domingo no habrá Disfrutando Cuenca. No estaremos todos juntos en Carretería compartiendo la mañana. No estará llena de música, ni de juegos, exposiciones y puestos informativos. Este año no podremos juntarnos para mirarnos a los ojos y sonreirnos e incluso, regalarnos un abrazo. Son demasiadas las renuncias de esta primavera. Y por eso, aunque no estemos juntos este domingo en Carretería, no renunciemos a la sonrisa ni a la esperanza. Seguimos estando juntos. Quizá, más que nunca.
Disfrutando Cuenca es un evento de personas más allá de las dificultades que cada uno arrastramos: es sobre todo una reivindicación de la ciudad como espacio de convivencia, y convivencia es vida. Disfrutando Cuenca es una iniciativa que nació en 2015 como una jornada en la cual estudiantes universitarios del campus de Cuenca planeaban una mañana junto con los amigos de Ocio Inclusivo gozando de nuestro Casco Antiguo. Desde ese primer año la iniciativa de MakingUCLM del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, Aframas y el Observatorio Urbano Cuenca de la Escuela Politécnica nunca dejó de crecer, alcanzando en 2019 las cuarenta asociaciones y colectivos de carácter solidario o educativo. Este año no ocuparemos Carretería y, sin embargo, el espacio público necesitará más que nunca de nuestra reivindicación en la construcción de esta nueva realidad. Sí a parques hermosos y cuidados; sí a calles amables, esmeradas y seguras. La calidad del espacio público da fe de la prosperidad de una ciudad.
Cinco ediciones que comenzaron en el Casco Antiguo de Cuenca, con la Catedral como gran aliada en un mañana soleada que convirtió muchas plazas en improvisados escenarios de títeres, música o talleres para niños. Un segundo año donde el agua nos refugió en la Iglesia de San Miguel en una mañana en la que cada rincón de este espacio se convirtió en una ventana abierta a distintas maneras de entender la vida, siempre bañada entre una locura de globos de color naranja. Desde el año siguiente, Carretería se convirtió en el escenario y llenamos el centro de la ciudad de orquestas, títeres, zancos, dulzainas, guitarras y de personas deseosas de compartir su ilusión con los demás. Una energía contagiosa se apoderaba de todos.
Este año no estaremos ocupando Carretería esta mañana de domingo y la tendremos que disfrutar desde nuestras casas, porque para eso somos una de las ciudades con más balcones y ventanas de España. La disfrutaremos porque desde muchas de ellas veremos alguno de los cerros, hoces o parques de Cuenca. La disfrutaremos porque al abrir la ventana notaremos ya la primavera avanzada y escuchamos los pájaros. La disfrutaremos porque desde casa, Carretería nos parece aún más bonita en la memoria. Volveremos a disfrutarla porque somos parte de ella, porque está hecha de nosotras y nosotros. Y, al caer la noche, los recuerdos por lo vivido y la esperanza de los encuentros futuros nos mecerá junto a nuestro mayo, el mayo de Cuenca. ¿Lo oís?
Y aunque nos falten aquellos que el río de la vida se ha llevado en su devenir natural y también los que esta riada traidora nos arrebató antes de tiempo, volveremos a disfrutar Cuenca. Y les rendiremos tributo. Un tributo justo para los que se fueron, necesario para quienes quedamos: un primer paso en el futuro disfrutarnos colectivo, porque somos y seremos futuro y, sin embargo, memoria.
José An. Montero
Carmen Mota
Cristina Muñoz