Cuenca

Pablo Sapag pone en perspectiva la dificil posguerra en Siria

Redacción | Sábado 21 de diciembre de 2019
Con la guerra ya casi terminada, Siria enfrenta una difícil situación económica y una dura reconstrucción. Lo ha explicado en Cuenca el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Pablo Sapag.

Durante una conferencia oorganizada por Cuenca Contra la Guerra en Siria (MAS), el profesor también ha presentado su libro Siria en perspectiva (Ediciones Complutense) y decenas de fotos de sus viajes a Siria que muestran la vida cotidiana en el país. Las imágenes, algunas de las cuales ilustran el libro de Sapag, revelan la enorme destrucción tras casi nueve años de conflicto. También el carácter multiconfesional de una sociedad siria formada por cristianos y musulmanes y la resistencia cotidiana ante la adversidad.

El profesor hispano-sirio Pablo Sapag explicó a los asistentes al acto en la sede de CCOO de Cuenca las claves de la difícil posguerra en Siria. La destrucción del aparato productivo y el embargo impuesto por Estados Unidos, la Unión Europea y algunas monarquías del Golfo Pérsico dificultan la reconstrucción en un momento en que decenas de miles de desplazados han vuelto a Siria gracias al fin de la violencia en el 90% del territorio del país.

El autor de Siria en perspectiva explicó que el último frente abierto es el de Idlib, en el noroeste del país. Allí el Estado sirio y Rusia se enfrentan principalmente a los últimos yihadistas de Al Qaeda que todavía operan en Siria. En el resto del país la situación se ha normalizado y la prioridad es reconstruir las infraestructuras, las viviendas y el patrimonio cultural destruidos estos años. Ello impone restricciones energéticas y de otro tipo en un país que gracias su milenaria riqueza etnica y religiosa tiene un potencial turístico que hoy es junto a la agricultura y los hidrocarburos la clave para la recuperación económica y de la devaluada lira siria.

Sapag explicó que la reapertura de los pasos fronterizos con Líbano, Jordania e Iraq no solo está contribuyendo a la vuelta masiva de desplazados. También a la de visitantes de los países vecinos.

Mientras, continúan los procesos de reconciliación nacional y varios estados reabren sus embajadas en Damasco para acompañar la participación de sus empresas en la reconstrucción. Por ahora no es el caso de España, que históricamente mantuvo excelentes relaciones con una Siria que enfrenta una difícil reconstrucción tras haber vivido sus años más duros.

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