Cuenca nos Une concurrió a las pasadas elecciones municipales como una agrupación de electores que se autodefinía con personalidad y programa propios, frente a partidos tradicionales incapaces, a su juicio, de defender los intereses particulares de la ciudad por estar sometidos a directrices de partido.
Como resultado de las elecciones, dicha agrupación de electores se constituyó en grupo político municipal y se integró en el equipo de gobierno junto al grupo político municipal del PSOE; nacía así el binomio 11PSOE + 6CNU.
Desde el primer momento, ambos grupos políticos han actuado sin fisuras (al menos, aparentemente); sabíamos que la postura del grupo político municipal del PSOE sería una vez más partidista (sujeta a estrategias de partido dictadas desde la administración regional) y, aunque la intuíamos, preferimos estar atentos a cuál sería la postura del grupo político municipal de CNU.
Éste ha sido el comportamiento de CNU en los dos plenos ordinarios celebrados hasta el momento frente a las seis mociones presentadas por el grupo político municipal del PP (vuelvan a escucharlos y observen el grado de sintonía de CNU con el PSOE); juzguen ustedes si el contenido de dichas mociones a las que se opusieron es partidista o no, y si dichas mociones guardan relación o no con los intereses particulares de la ciudad y de todos sus ciudadanos:
CNU argumentó su voto en contra en base a que en este momento era preferible mantener la presión fiscal sobre el ciudadano para destinarla a gastos que pudieran ser necesarios (que todavía no era necesario concretar pero que servirían, por ejemplo, a contratar los servicios de 7 nuevos técnicos que trabajaran para rebajar la deuda del Ayuntamiento).
CNU argumentó su voto en contra en base a que era preferible “instar” (y no “exigir”) a la administración autonómica en aras a un mejor clima de entendimiento en el que poder renovar una vez más, sin exigencias, la confianza en la colaboración institucional; fue especialmente llamativo cómo en su argumentación CNU manifestó que le era bastante contar con 100 millones de euros para la ejecución de las obras y que no era el momento de preocuparse por los restantes 200 millones de euros necesarios para su equipamiento y puesta en funcionamiento -las cifras son las expuestas por ellos-.
CNU argumentó su voto en contra en base a que, de acuerdo al desconocimiento por parte del equipo de gobierno de la organización interior del Ayuntamiento ni de su grado de eficacia, la decisión era precipitada (lo que era también, entendemos, desconsideración tanto de los informes del Ministerio de Hacienda y de los Técnicos Municipales, como del interés de sindicatos y trabajadores implicados -quizá, éstos sí, conocedores de ello-).
CNU argumentó su voto en contra en que el Ayuntamiento no estaba preparado (¿para impulsar?) y que no era el momento de adherirse.
CNU argumentó su voto en contra basándose, otra vez, en la necesidad de entendimiento entre administraciones e, irónicamente, en que ningún problema era cuestión de “diccionario”, ignorando que dicha problemática de interpretación terminológica, de índole fundamentalmente técnica, existe realmente y viene sirviendo a argumentar la intervención o no en dichos centros, e introduciendo en el debate una grave confusión en cuanto a las competencias de cada una de las administraciones.
CNU argumentó su voto en contra en base a entender que la bonificación a dichas asociaciones (recordemos su fin: el deporte base) no debe ser genérica sino un premio a la excelencia y a la consecución y materialización de resultados (como si no fuera ya suficiente su propia dedicación al desarrollo del deporte base).
Es imposible dejar de percibir que dicho comportamiento, el rechazo a las anteriores mociones, ha partido exclusivamente del hecho de que cada una de ellas es desarrollo de propuestas con las que el grupo político municipal popular concurrió a las elecciones; ¿es o no, éste, un uso partidista (ajeno a la defensa de los intereses de la ciudad) de la representación que le otorgaron sus votantes?
Sí, CNU (la autodenominada “salvadora” de la ciudad) ha sido en estos CIEN DÍAS la marioneta que mueve Dolz a su antojo bajo la mirada estupefacta de sus votantes.
Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Cuenca