Cuenca

Fco. Javier de León V.: “Es el caso Grimaldos, no el Crimen de Cuenca”

‘¡Ay, Dios Mío! ¿El Crimen de Cuenca?’. Fco. Javier De León V. Universo de Letras, 2019. (Foto: Lorena de la Cruz).
El Tomanotas | Lunes 12 de agosto de 2019

‘¡Ay, Dios Mío! ¿El Crimen de Cuenca?’ (Universo de Letras, 2018) es el relato de un hombre que quiso ser y que no podía. Un día decidió que lo iba intentar para desgracia de León y Gregorio que sufrieron todo tipo de pesares, tormentos y desdichas por su desaparición, que muy pronto se convirtió en asesinato en base a los rumores de los lugareños pero sin pruebas de delito alguno.

Con el rigor de un ensayo y la fluidez de una novela, el penalista Fco. Javier de León V. ha seguido las huellas documentales que dejó un caso que duró más de veinticinco años y que se convirtió en el caso más conocido de la España de principios del siglo XX. A través de los documentos originales del caso se reconstruye minuciosamente una historia que no pasaba de ser el deseo de José María Grimaldos de conocer mundo y que se convirtió en un calvario para León Sánchez y Gregorio Valero, condenados sin pruebas de delito alguno. Un relato que nos traslada a una España rural pobre y miserable donde el hambre se unía a la injusticia, capaz de convertir la vida de cualquiera en una pesadilla.

¿Qué vamos a encontrar en “Ay Dios Mío”?

El relato de un hombre que hace algo más de cien años decidió que quería emprender una nueva vida y que después de las fiestas de agosto de su pueblo, se fue sin decir nada. Yo espero que sea un libro que haga pensar. He intentado que sea un libro sin rincones vacíos, donde en cada página tengas un poquito de ironía, un poquito de información y una visión de una época realmente importante para la conformación de la situación actual de España, y que haga pensar a la gente acerca del mundo en que vivimos y cómo se desarrollan las relaciones sociales.

¿Hablamos del llamado Crimen de Cuenca?

Podríamos hablar del crimen de Cuenca, pero espero que después de leer el libro dejen de llamarlo el crimen de Cuenca, porque es un crimen que pudo ocurrir en cualquier otro lugar de la España de la época, de hecho hay sucesos muy similares que se cometieron a lo largo y ancho de todo el territorio español.

El libro comienza con la historia de José María Grimaldos, el Cepa, que el 21 de agosto de 1910 decidió ir a conocer mundo y tomarse unos baños en La Celadilla (El Pedernoso, Cuenca), desapareciendo sin decir nada. Esto generó sospechas en el pueblo, empezando a correr rumores que señalaban que dos hombres lo habían matado. A partir de ahí da comienza una historia fascinante, cuyo desenlace durará veinticinco años.

¿Por qué tardó veinticinco años en esclarecerse el caso Grimaldos?

Son muchas las causas y en el libro se intenta dar una explicación de las razones que confluyeron en un determinado momento y que permitieron que ocurriera. Una Justicia que no funcionaba, una situación sociopolítica muy complicada con un gobierno que necesitaba limpiar los muchos errores que cometía, y sobre todo, un ámbito rural que a la falta de letras, unía mucha mucha hambre. La gente tenía que sobrevivir de cualquier manera. Además existía un odio ancestral entre los pueblos vecinos que también aportó su granito de arena.

¿Hasta cuándo estuvo el Cepa desaparecido?

La parranda le dura hasta 1926. Cuando aparece, se inicia un procedimiento para saber si es él o no, después comienza otro procedimiento para recomponer todo lo que había fallado, una indemnización para la que la Justicia repusiese el daño que había cometido y después un procedimiento para investigar exactamente por qué dos persona que no habían cometido un delito habían declarado que sí lo habían cometido, con una sucesión de declaraciones contrapuestas, plagadas de contradicciones y cambios de rumbo. Unos días decían una cosa, otras daban otra versión de lo ocurrido. En unas se autoinculpaban, en otras trasladaban la responsabilidad al otro, siempre con muchas contradicciones. No tenía mucho sentido.

¿Qué aporta este libro a la historia del Crimen de Cuenca?

Que todo el mundo sepa lo que exactamente ocurrió. He utilizado como guía de toda la historia el sumario del caso, siguiéndolo escrupulosamente. En el libro se puede seguir todo el proceso desde que se inician las primeras diligencias el 12 de septiembre de 1910 hasta las últimas de 1935, pasando por el juicio oral de 1915 y la sentencia en 1918. Una obra en la que trato de transmitir todos los padeceres de la Justicia de la época, contar cómo funcionaba y el porqué de lo ocurrido. Trato de aportar todos los elementos necesarios para poder alcanzar las razones del suceso.

¿Estamos ante un ensayo novelado o ante una novela histórica?

Por el método de trabajo es un ensayo, pero por la forma de narrarlo me he querido acercar a la novela trasladando al lector a la época y al contexto apasionante en el que se desarrolla. Quiero trasladar al lector a aquella a aquel tiempo para entender cómo era ese mundo. Un viaje también a través del lenguaje de la época para contar qué es lo que ocurrió y cómo lo vio la Justicia. Hay muchas versiones del suceso, pero son versiones que nos han llegado a través de los familiares o de dramatizaciones. En esta obra he querido contar lo que pasó con todo detalle, contarlo en el contexto en el que sucedió, para que el lector pueda imbuirse en ese mundo y sacar su propias conclusiones.

¿Sigue teniendo misterio el caso de el Cepa?

A día de hoy no sabemos exactamente lo que ocurrió con el Cepa. Por qué se fue, por qué en un momento determinado en un sumario que se sobresee porque no hay ninguna prueba de ningún tipo de ilícito, ningún tipo de crimen, hay un juez que reabre el sumario y desde el primer día que inician las investigaciones se señala a dos personas y hasta que no se las caza no se para... ¿Por qué a pesar de no existir pruebas y una infinidad de contradicciones se les imputa el delito? ¿Qué ocurrió en las celdas del Juzgado de Belmonte? Estos y otros interrogantes son los que se plantean en el libro para que el lector pueda encontrar su propia respuesta.

José An. Montero


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