El creador de la web, Tim Berners-Lee, planteó en 2002 una evolución de su propio invento: una web avanzada compuesta por una gran base de datos, donde un programa intermediador llamado agente de usuario entendería las peticiones de los humanos y respondería con resultados ajustados a sus necesidades.
Berners-Lee no sabía que en menos de diez años, Siri y Google se convirtirían en los protoagentes de usuario avizorados en su propuesta, y que la digilitalización de la vida avanzaría a pasos agigantados haciendo converger los datos en una web semántica donde las relaciones personales se han traspasado a un perfil de Facebook; los juegos de casino, tienen versiones online como en casino777.es y el amor se consigue a través de Tinder.
En una década se podrían esperar con seguridad las comunicaciones mentales mediadas por la tecnología, luego de que se lograra la transmisión del primer pensamiento de forma electrónica a cargo de unos científicos de la Universidad de Barcelona, la Escuela Médica de Harvard, la compañía neurocientífica española Starlab y el robot francés Axilum Robotics.
Esperamos que las consecuencias no sean tan catastróficas como la película Transcendence, con Johnny Deep, donde un científico migra su mente a una computadora y a través de la red controla tecnológicamente las conexiones mundiales y los cuerpos humanos, obligando a desconectar por siempre el Internet a nivel mundial para acabar con su poderío. No, no seamos tan extremistas.
Autobuses, tiendas, cafés, calles y plazas con conexión inalámbrica gratuita han llevado más allá el mundo hiperconectado. Los teléfonos inteligentes han hecho lo suyo y se han transformado en los nuevos dispositivos, que luego de las computadoras han permitido digitalizar de forma más convergente la vida humana.
Con los teléfonos móviles y los innovadores códigos QR, algunas tareas como el intercambio de dinero con monederos virtuales o formas de pago alternativas se han hecho un espacio ante las tradicionales tarjetas de débitos y el dinero en efectivo. Asimismo, los códigos QR también han permitido crear nuevas formas más veloces de hacer tareas como: acceder a información exclusiva o compartir fácilmente un chat a través de Messenger.
De igual forma, las videollamadas posibilitadas por conexiones más rápidas han contribuido a un salto en las formas de comunicarse y compartir el día a día, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, quienes se sienten natural compartir conversaciones en grupo a través de Skype o conversar con su pareja a lo largo del día a través de WhatsApp.
Las formas de divertirse también han evolucionado. Antes, los juegos de computadora marcaban la pauta, mientras que los teléfonos móviles hacían evolucionar sus remotos arcades. Sin embargo, ahora los mundos virtuales de juego llevan a su máxima expresión la personalización de los roles como en League of Legends, o trascienden los límites de la computadora con el desarrollo de versiones multidispositivos para móviles y tablets.
Las nuevas modalidades de juego también interactúan con la realidad mediante la cámara fotográfica del teléfono, integrando el juego a la vida común. O pregúntenles a los creadores de la segunda temporada de The OA en Netflix, donde un juego virtual con acertijos se resuelve haciendo interactuar la cámara del smartphone en lugares específicos de San Francisco.
Antes era inimaginable pensar que los tradicionales juegos de casino como el Póker, el Blackjack, las tragaperras, y la ruleta rusa se podrían jugar mediante versiones en línea. Muchas de ellas permiten la interacción de los jugadores entre sí en una ronda de bingo, mientras que en otras se juega contra un sistema computarizado. Las mejores utilizan el streaming donde un crupier desarrolla en vivo juegos como el Póker o la ruleta rusa.
Los nuevos avances tecnológicos nos traerán muchos más avances: el desarrollo de las redes de quinta generación (5G) nos sorprenderá con la posibilidad de realizar descargas masivas de datos, experiencias más ricas de realidad aumentada y el disfrute de videos en altísima calidad, haciendo nuestras ciudades, automóviles y dispositivos electrónicos cada vez más inteligentes. Mientras tanto, esperémoslas jugando póker en algún casino online.