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El IGME confirma que el color rosado del Lagunillo de Las Tortugas no tiene que ver con la contaminación

Redacción | Martes 09 de abril de 2019
El director del Departamento de Investigación en Recursos Geológicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Juan José Durán, ha confirmado hoy a la Diputación Provincial de Cuenca que las aguas rosadas del Lagunillo de Las Tortugas, que tanta expectación generó entre la población a finales del pasado año, nada tienen que ver con la contaminación como así se llegó a asegurar desde algunos sectores de la población. Y es que los análisis realizados por el IGME, a petición del presidente de la institución provincial, Benjamín Prieto, han determinado que ese cambio de color responde a la aparición de unos microorganismos en el agua del manantial que surte a esta laguna de Cañada del Hoyo y que se alimentan del ion sulfuro, es decir, del azufre del agua.

Y es que, según ha detallado el investigador del IGME, en ocasiones el metabolismo del azufre en estos microorganismos hace que éstos tomen un color rosáceo o rojo cambiando, en consecuencia, el color de las aguas. Un fenómeno bastante inusual que solo se ha registrado en nuestro país en la década de los setenta en una laguna de la provincia de Gerona y que hacen del fenómeno del Lagunillo de Las Tortugas el único ocurrido en nuestro país en lo que llevamos de siglo.

No es de extrañar, por lo tanto, que, tal y como ha recalcado Durán, lo consideren un fenómeno extraordinariamente interesante desde el punto de vista científico, por lo que desde el IGME se tiene intención de hacer un seguimiento continuo a esta laguna conquense por si se vuelve a producir este fenómeno.

En este sentido, el investigador del IGME ha recordado que fue el presidente de la Diputación, quien tuvo la iniciativa de que el instituto realizara un exhaustivo análisis de las aguas del Lagunillo de las Tortugas al presentarse en la sede del IGME en Madrid con una muestra de dichas aguas. Eso llevó consigo que se enviara a este paraje conquense un grupo de trabajo con el fin de que tomara muestras in situ. Algo que resultó, según ha dicho, bastante complicado por la dificultad del acceso, lo que obligó a los técnicos a diseñar un tomamuestras y, con la ayuda de un dron, conseguir muestras no solo del agua del lagunillo, sino también lagunas próximas, así como de un río y un manantial adyacentes.

Análisis que determinaron la singularidad del agua del manantial que alimenta a esta laguna y que posee una composición totalmente distinta a la de otros recursos hídricos del entorno. Una muestra más, a juicio de Durán, de la gran variedad y singularidad de las ayudas de la provincia de Cuenca.

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