ICPOR, compañía española especializada en la integración porcina de cerdo blanco e ibérico, ya cuenta con la evaluación ambiental favorable para la futura planta de producción de piensos que la compañía construirá en la localidad de Montalbo (Cuenca), tras la publicación de la resolución correspondiente de la Viceconsejería de Medioambiente de la Junta de Castilla-La Mancha.
La resolución del informe de impacto ambiental determina que los efectos de la futura fábrica de piensos serán reducidos en cuanto a gases, olores e impacto visual, así como en lo referente a vertidos de aguas residuales, que se enviarán a la red municipal de saneamiento. La planta se construirá en el polígono industrial “El Chaparral” de la localidad conquense.
El proyecto forma parte del plan estratégico de desarrollo sostenible que ICPOR tiene previsto ejecutar en un periodo de cinco años (2018-2023), respondiendo al modelo de economía circular promovido por la compañía, que enlaza distintos sectores de actividad: ganadero, agrícola e industrial. La aplicación de este modelo se cerrará con el compromiso de la compañía de nutrirse de materia prima de proximidad para fabricar el pienso con el que posteriormente alimentará a sus animales.
Además, también se priorizará la contratación de trabajadores y empresas castellano-manchegas para el desarrollo del proyecto, por lo que ICPOR continúa reforzando su compromiso de generar valor añadido al sector primario de la región, contribuyendo no solo a generar empleo y desarrollar económicamente el medio rural, sino también a dinamizar su economía y a fijar población en la zona.
La inversión aproximada en la construcción y puesta en funcionamiento de la fábrica asciende a 15 millones de euros, y se estima generar una riqueza de más de 45 millones de euros anuales en la provincia de Cuenca cuando la planta esté operativa. En este sentido, solo en la fase de construcción de la fábrica podrían intervenir unas 35 empresas. ICPOR comenzará la construcción de la planta una vez disponga de las autorizaciones necesarias
Modelo productivo estable para los agricultores
La fábrica de piensos que se construirá en Montalbo contará con las tecnologías y sistemas de control más avanzados para garantizar una alimentación adecuada a los cerdos y la máxima calidad del producto, el primer escalón en el proceso de producción de ICPOR. Asimismo, se prevé que la planta produzca más de 250.000 toneladas de pienso anuales, lo que supone absorber en torno al 40% del cereal generado en la provincia.
Entre las necesidades de abastecimiento de la futura fábrica se incluyen cultivos no muy habituales en el campo castellano-manchego, como proteaginosas y leguminosas. Según estimaciones de la compañía, se prevé que entre el 65% y el 70% de la producción de la planta proceda de cereales como cebada (35%), trigo (25%) y maíz (10%); entre el 15% y el 20% corresponderá a proteaginosas como la colza, el girasol o la soja, y el resto de leguminosas, como guisantes, alverjones o veza, titarros y otros productos.
Para responder a estas necesidades específicas de abastecimiento, ICPOR, en colaboración con Asaja y con la Universidad de Castilla-La Mancha, ha puesto en marcha un proyecto para analizar qué tipo de cultivos predominan en la región y fomentar otros productos entre los agricultores de la provincia. En Castilla-La Mancha suele ser habitual una tendencia al monocultivo, una práctica que puede afectar negativamente a la estructura de la tierra.
El compromiso de ICPOR con la futura adquisición de producto de proximidad para cubrir la demanda de la planta de piensos, responde a un modelo productivo que proporcionará estabilidad y seguridad a los agricultores conquenses, puesto que se garantiza la compra directa del producto, sin intermediarios. Además, todo el proceso de producción será controlado por la compañía para determinar y garantizar el tipo de pienso que mejor se adapta a las necesidades alimenticias de sus animales.
El ciclo de las materias promovido por ICPOR
El modelo de desarrollo y crecimiento de ICPOR se sustenta en la economía circular, uno de los pilares de la Estrategia Europa 2020, que combina aspectos económicos de negocio con el compromiso con el medio ambiente y el entorno rural. Para ello, la compañía lleva a cabo una gestión sostenible y responsable del purín generado en las granjas que promueve.
Este ciclo se inicia con el control por parte de un equipo de nutricionistas del tipo de alimentación de precisión que reciben los animales. En comparación con otros sistemas de producción tradicionales, esta práctica supone una mejora de la eficiencia en el aprovechamiento de los nutrientes y en la reducción de la carga ambiental.
El purín es almacenado en balsas de hormigón totalmente impermeabilizadas con capacidad para al menos seis meses, el doble de lo que determina la normativa vigente en España. Esto permite a la compañía adecuarse a los tiempos reales de las siembras, adaptándose a las necesidades específicas de los agricultores y evitando fechas sensibles para los vecinos.
Las balsas están dotadas de pozos testigo para facilitar el análisis periódico, comprobar la estanqueidad del purín y valorizar su calidad como fertilizante orgánico. Además, se lleva a cabo una adecuación del purín a las características del terreno en el que será utilizado por los agricultores. Así, la fertilización con purín valorizado no solo reporta materia orgánica adaptada a las necesidades de la tierra, sino que también supone un ahorro económico para los agricultores al ser una fuente de nutrientes alternativa a los abonos químicos.
ICPOR cierra el ciclo con la compra de la materia prima de proximidad producida por los agricultores de la zona; el ciclo, centrado en el uso de los recursos de forma eficiente y en la reutilización de los recursos mediante su valorización, vuelve a iniciarse con la producción de pienso en la planta de Montalbo.