¿A quién no le gusta el verano? Tener unos días de vacaciones, tomarse una cervecita cuando se pone el sol y hasta echar alguna que otra apuesta deportiva con un código botemania para poder desconectar de todo. Pero no es tan bueno como parece:
Ya sabemos lo complicado que puede ser conciliar el sueño cuando llega la estación veraniega. En invierno es tan sencillo como cogerse una manta, acurrucarse y nos dormimos de inmediato. Sin embargo, en verano tenemos que encontrar una buena manera para conseguir alejar el calor de nuestro cuerpo.
A continuación, te hemos preparado una serie de consejos que te van a ayudar a combatir el calor y a poder dormir de una vez con todas. Unos trucos muy especiales que nos van a cambiar la vida de una forma definitiva.
Tenemos que mantener una temperatura en la habitación de entre 19 y 23 grados. Esto se puede controlar si tenemos aire acondicionado en ella. Es muy importante que oscile entre esos dos factores para no tener ni calor ni frío; además, conseguiremos que no se dispare demasiado el consumo y contribuiremos a mantener el medio ambiente.
Los cambios de temperatura pueden llegar a perturbar nuestro sueño, haciendo que nos despertemos repetidas veces a lo largo de la noche.
Si el aire del ventilador apunta directamente a nuestra posición puede producirnos dolores en los huesos. Además, esa corriente intensa hará que tengamos frío y que nos vayamos despertando en la noche.
Todos conocemos lo que se siente cuando tenemos frío, apagamos el ventilador, pasa algún tiempo y volvemos a tener calor, nos volvemos a levantar y lo encendemos de nuevo, y así sigue el bucle.
Esos despertares lo único que consiguen es que se altere la calidad del sueño.
La idea es apuntar el ventilador a una zona de la habitación desde la cual podamos sentir el aire, pero no de forma directa. De esta forma estaremos frescos y no pasaremos frío.
Algunos de nosotros dejamos el aire acondicionado puesto toda la noche para intentar dormir. El problema de este tipo de aire es que es capaz de resecar enormemente el ambiente y eso puede contribuir a que enfermemos. Si no tenemos más remedio que ponerlo porque el calor pueda llegar a ser extremo, tendremos que seguir las mismas pautas que con el ventilador: intenta que no te dé directamente.
La idea es que vaya refrescando la habitación, pero siempre desde una distancia prudencial para evitar problemas.
Una de las mejores técnicas para dormir es darse un buen baño antes: si tienes una piscina puedes aprovecharte de ella. En este caso te recomendamos tener cuidado porque tanto en las piscinas como en las playas se producen algunas infecciones tales como la cistitis que no nos dejarán dormir.
Sigue todos estos pasos y por fin llegarás a conciliar el sueño… y no solo eso, sino que serás capaz de mantenerlo durante toda la noche.