Redacción/ EFE | Sábado 02 de febrero de 2019
La rehabilitación de las Casas Colgadas de Cuenca, el edificio más emblemático de la capital, conjugará la esencia del contiguo Museo de Arte Abstracto Español que se ubica en el edificio y de los artistas que en él se exponen, e incorporará elementos como el hierro, el granito o el color negro.
Así lo han explicado este viernes los arquitectos Javier y Miguel Ángel Redondo, encargados de la reforma, durante el recorrido guiado que han ofrecido a la prensa por el inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Durante el recorrido han explicado que el principal objetivo de la reforma es optimizar el espacio e incrementar la superficie útil hasta llegar a las cinco estancias para un centenar de comensales y el desarrollar, de nuevo en él, actividad gastronómica y por ello han contado con la opinión de grandes figuras de la cocina como Martín Berasategui.
Uno de los nuevos espacios, denominado "caja pétrea", permitirá a los comensales ver trabajar a los cocineros en un espacio que se asemejará al interior de una escultura de Chillida, "como un restaurante tallado en la roca", han explicado los arquitectos.
El granito será el elemento principal de la recepción, donde se colgará un gran marco retroiluminado con una fotografía tomada el día de la inauguración del espacio, en tanto que las escaleras de acceso estarán revestidas de granito negro zimbabwe con acabado "vintage", con varillas metálicas en homenaje a la escultura de Sempere con el patrón de Moiré.
Los aseos se reconvertirán en una bodega con suelo de granito y mesa alta de Ónix iluminado como homenaje al suelo que escogió para el Museo de Arte Abstracto, su fundador, Fernando Zóbel, que imitaba las vetas de la madera.
Además, el comedor principal, antes dedicado a la cafetería, se denominará "sala negra", al igual que una de las salas del museo, e intentará recrear la sensación de estar dentro de la obra de Manolo Millares, quien con telas de arpillería y cuerdas generaba volúmenes y superficies.
A su vez, el comedor privado o "comedor del Rey" contará con una chapa de hierro troquelada con la frase de Zóbel: "Mi pintura siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el sentido más amplio de la palabra, busco la razón de la belleza".
La reforma contempla también la rehabilitación de la 'Casa de la Sirena', hasta ahora dedicada a almacén, que se remozará para crear una "sala blanca", similar a la del Museo de Arte Abstracto.
El proyecto de reforma del edificio, con una superficie construida de 600 metros cuadrados, también contempla poner en valor la balconada para atender los servicios de los clientes junto a la hoz del río Huécar, disfrutando de las vistas al puente de San Pablo y del paisaje.
El inmueble contará, por primera vez. con dos accesos, y a uno de ellos se le dotará de elevador para hacerlo accesible a las personas con movilidad reducida, al menos en la planta principal.
Otras de las actuaciones es la rehabilitación cubiertas, de la fachada y de otros elementos estructurales del inmueble, ocultando cableado interior y exterior, al igual que la telefonía, y redistribuyendo los elementos de climatización.
El promotor de la obra es el Ayuntamiento de la capital conquense, propietario del inmueble, y el Consorcio de la Ciudad de Cuenca se encarga de financiar el proyecto, que respeta el patrimonio y los espacios de la arquitectura.
En este sentido, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, ha confiado en que las obras concluyan después del verano y en que entre tanto se saque un pliego de condiciones para adjudicar al arrendamiento del espacio, que confían en que sea una referencia gastronómica nacional.
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