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Prieto cree que la remodelación del castillo de Rochafría refuerza a Beteta como destino turístico

Miércoles 02 de enero de 2019

El presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Benjamín Prieto, se ha desplazado recientemente hasta Beteta con el fin de asistir a la recepción de las obras de recuperación y consolidación del castillo de Rochafría, que han supuesto para las arcas provinciales una inversión de unos 190.000 euros.

Prieto, que ha acudido acompañado del alcalde de la localidad serrana, Abel Cava, así como de varios técnicos y concejales, ha podido comprobar con satisfacción la finalización de esta fase inicial de la rehabilitación de esta fortaleza del siglo XIII, que, a su juicio, viene a contribuir a incrementar el atractivo turístico de Beteta complementando su gran riqueza natural y paisajística con este ejemplo de arquitectura defensiva, que espera fortaleza al municipio serrano como destino de turismo de interior.

Y es que, tal y como ha remarcado, ese es el principal objetivo perseguido por la Diputación con esa fuerte apuesta por la rehabilitación del patrimonio histórico-artístico de la provincia, que en los últimos ocho años se ha traducido en más de ochenta intervenciones con una inversión total superior a los veinte millones de euros. Una línea estratégica basada, según ha recalcado, en la generación de oportunidades de riqueza y empleo en torno al turismo con el fin de vertebrar nuestra provincia y propiciar el afianzamiento de la población en el territorio.

Es por ello que no ha dudado, por un lado, en felicitar al Ayuntamiento por apostar por esta rehabilitación y, por otro, en resaltar la relevancia de esta actuación no solo por haber permitido atajar su ya avanzado deterioro y consolidar su estructura, sino, además, por haber hecho posible conocer más a fondo este elemento defensivo, como por ejemplo su traza original.

Pero, tal y como ha remarcado, la apuesta de la Diputación en este asunto no queda solamente ahí, puesto que en breve suscribirá un convenio con la Universidad de Castilla-La Mancha por valor de más de 50.000 euros para acometer el estudio de este castillo y profundizar en su historia y el importante papel desempeñado tanto en la Reconquista de España como en las guerras carlistas. Algo que, sin duda, vendrá a poner en valor una parte importante de la historia de Beteta.

En esta línea, Prieto ha subrayado la voluntad de la institución que preside de continuar con la rehabilitación de este recurso con el fin de adecuarlo y poder convertirlo en alguna dependencia relacionada con el futuro Parque Geológico Kárstico Sierra Alta de Cuenca; proyecto en el que, por cierto, también trabaja la Diputación conquense, con el fin de poner en valor la riqueza natural de esta zona de nuestra provincia.

Obras

Las obras acometidas en el castillo de Rochafría se han centrado a grandes rasgos en la recuperación volumétrica de los restos depositados a modo de escombro en la base de los muros exteriores, consolidando esos paños con la piedra recuperada y realizando un terraplenado del terreno para facilitar un recorrido exterior del castillo haciéndolo visitable.

Asimismo, se han retirado elementos vegetales de los muros, se han cimbrado las bóvedas, se ha picado y saneado los morteros de las juntas y se ha retirado el escombro de la base de los muros.

En concreto, la consolidación estructural ha consistido en un refuerzo en la base de los muros, el rejuntado con mortero de cal, la reconstrucción de zonas de muro desprendidas realizada con sillarejo original y existente recibido con mortero de cal con espesores de al menos 30 centímetros y el relleno con mampostería ordinaria recibida con mortero de cal similar a la fábrica actual, así como la reconstrucción de los recercados de huecos con sillería similar a la original y el rejuntado de muro de mampostería con mortero bastardo de cal, cemento blanco y arena de río.

Con las obras de esta fase inicial, por lo tanto, se ha dado solución al avanzado estado de deterioro de esta fortaleza, que contaba con gran parte de sus interiores cegados por escombros, resultado de los desprendimientos de sus muros y techos. Y es que, entre sus principales patologías, se encontraban las humedades, el desgaste y las erosiones con disgregación y pérdida de mortero de cal y arena de las juntas de la mampostería, grietas y movimientos de los muros y desprendimientos de las esquinas y partes centrales de los lienzos; todo ello, sin olvidar que sus bóvedas estaban deformadas y al borde del colapso.

En definitiva, Beteta ya cuenta con un atractivo más para sus vecinos y turistas, su castillo, que ahora no solo ha recuperado parte de su esplendor sino que, además, se ha convertido en un recurso visitable y, desde su emplazamiento, en una atalaya incomparable para disfrutar de los impresionantes paisajes que rodean a este bello municipio serrano.

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