Emiliano García-Page tiene sobrados motivos para estar preocupado. El escenario electoral de 2019 será muy distinto al de 2015, donde se percibía claramente que la fuerza de la formación morada se materializaría a través de las urnas, en la obtención de representantes en las Cortes de Castilla-La Mancha.
Así fue hace casi cuatro años, tras las elecciones de mayo Podemos se estrenaba como grupo político e institucional, en el antiguo Convento de San Gil, con dos diputados, posibilitando el apoyo suficiente para que el perdedor, Emiliano García-Page, arrebatara el gobierno a la fuerza más votada, que fue el PP, y se invistiera como presidente de nuestra autonomía castellano-manchega.
Algo muy diferente se barrunta en el ambiente para las elecciones que se celebrarán el 26 de mayo del próximo año. Tras los resultados de las selecciones andaluzas, todo indica que el escenario será particularmente opuesto a 2015.
La torpeza de Pablo Iglesias en lo personal y en lo político, empeñado en reinventar y reeditar preceptos-base del podemismo, apunta a una sensible bajada en el próximo arqueo electoral en general. Y, en lo concreto, en el territorio castellano-manchego, Podemos puede advertir aún más, la bajada de confianza por la manifestación independentista de sus representantes en las Cortes Regionales.
Y otro tanto ocurre con el partido socialista de García-Page. El coste electoral de haber llevado como collera en el gobierno a dos podemitas tratados a cuerpo de rey y dispuestos a degustar las mieles del poder, plasmadas en cargos, asesores y coches oficiales, tiene un coste socialista cifrado a la baja en papeletas, porque puede que un número importante de votantes castigue a Page utilizando como arma el absentismo.Sin olvidar que todo cuenta en los resultados, también presentar al público más de lo mismo, es decir, un candidato agotado y cansado políticamente, con pocas ideas y un cierto tufo algo añejo.
Unido a este razonamiento, no podemos pasar por alto otras variables, como son la irrupción contundente de Vox en las urnas y la posibilidad de que C´s obtenga algún escaño en las Cortes Regionales.
Así, con todo, y teniendo en cuenta que en esta ocasión el PP presenta un candidato nuevo, fresco, con ilusión y dispuesto a ser el presidente de todos los castellano-manchegos, es muy fácil que García-Page se quede en el intento de un pacto imposible con el resto de las fuerzas que finalmente obtengan escaño, y la presidencia se lleve el PP por la derecha.
El PP lo sabe, y su candidato también. Paco Nuñez tiene un proyecto de gobierno muy diferente al de García-Page, mucho más generoso, participativo y leal para con los castellano-manchegos. Y sobre todo mucho más verdad.
Valle Arcos Romero
Secretaria de Información y Opinión del PP de Castilla-La Mancha