Varios miles de hectáreas de viñedo de uva bobal presentan signos de marchitez fisiológica en La Manchuela debido a las condiciones climatológicas de las últimas semanas. Las zonas más afectadas son las que sufrieron las granizadas en el mes de mayo y principios de junio. Las bajas temperaturas, la humedad acumulada y la ausencia de sol durante varias jornadas seguidas han propiciado su aparición en la variedad bobal, autóctona de la zona, por ser la más sensible a las bajas temperaturas.
El vicepresidente de ASAJA Cuenca, Juan Manuel Pozo, indica que las bajas temperaturas, que han oscilado entre los 5 y 6 grados, acompañadas de la humedad en el suelo y del tiempo nublado han causado daños de hasta un 90 por ciento en varios miles de hectáreas de la zona de Iniesta, Quintanar del Rey, Graja de Iniesta, Castillejo de Iniesta o Minglanilla. Pozo señala que las viñas más afectadas son las que sufrieron el efecto de pedrisco, “porque la piedra provoca heridas en la planta y éstas favorecen la penetración del frío. El efecto es que se pueden secar todos los brotes y las uvas y, en algunos casos, la cepa puede quedarse como si estuviera en plena parada invernal”.
La marchitez fisiológica se une a otros daños que los fenómenos meteorológicos de mayo y principios de junio han provocado en distintos cultivos en muchos puntos de la provincia de Cuenca.
Según los datos de Agroseguro en el mes de mayo hubo daños en 17.822 hectáreas de la provincia de Cuenca. La mayor parte afectadas por heladas, seguidas de pedrisco, mientras que la lluvia y las inundaciones perjudicaron a unas 2.000 hectáreas. Los cultivos más dañados han sido el ajo, la uva, los cereales y las hortícolas de verano como la cebolla. A estas cifras habría que unir las hectáreas afectadas en el mes de junio que podría sumar aproximadamente otras 8.000-10.000 hectáreas de distintos cultivos.
Fenómenos meteorológicos en mayo y junio
Y es que la meteorología ha sido protagonista en esta recta final de la primavera. A las lluvias que han caído de forma incesante prácticamente desde el mes de febrero, se han unido episodios meteorológicos que han producido daños en numerosas zonas de la provincia.
Estrenamos el mes de mayo con heladas que afectaron a 56 términos municipales y a unas 7.300 hectáreas, principalmente de viñedo pero también de cereal y almendro. El 10 de mayo una intensa tormenta se centró en la zona de La Manchuela, en Minglanilla y Graja de Iniesta con una estimación de unas 500 hectáreas dañadas.
El 26 de mayo el pedrisco cayó con fuerza en Casas de Haro y pudo afectar a un millar de hectáreas de viña, cereal, almendro, ajos, colza…etc.
Los últimos días de mayo las tormentas y los daños se generalizaron en numerosos puntos de la provincia de Cuenca con importantes trombas de agua que anegaron parcelas, entre otros, en San Pedro Palmiches, Monteagudo de la Salinas, Almodóvar del Pinar, El Peral, Iniesta, Castillejo de Iniesta, Pajarón, Zafra de Záncara, Motilla del Palancar, Las Pedroñeras o Portalrubio, Cañaveras y Jabalera donde cayó granizo. La tormenta de agua y granizo que cayó el pasado sábado 2 de junio en la zona de San Clemente y Casas de los Pinos provocó importantes daños en unas 1.500 hectáreas afectando entre el 80 y el 100% de cultivos como viñedo, cereal, leguminosas, almendro, ajo y cebolla.
El granizo también afectó a la zona de Villamayor de Santiago, con daños que en algunas zonas han causado pérdidas del 100 por cien en la viña.
Desde ASAJA Cuenca recordamos la importancia de asegurar los cultivos para evitar las pérdidas que las inclemencias meteorológicas causan a agricultores y ganaderos.