Miércoles 16 de mayo de 2018
La Casa de la Demandadera alberga durante tres días la décima edición de la Conferencia Cajal, que organiza la Sociedad Española de Neurociencia (SENC) y en la que están participando medio centenar de jóvenes investigadores procedentes de distintos puntos de nuestro país, así como de Dinamarca, Inglaterra o Italia.
Un evento internacional que se ha inaugurado este miércoles por la mañana con la presencia del presidente de la Diputación, Benjamín Prieto; la vicerrectora del Campus de Cuenca, Mª Ángeles Zurilla; el vocal de la SENC, Guglielmo Foffani; y el presidente del Comité Organizador y miembro del Instituto de Investigación en Discapacidades Neurológicas (IDINE), José Manuel Juiz, quien, precisamente, ha querido agradecer a la Diputación y a la UCLM el apoyo recibido para hacer posible esta cita en la capital conquense; un escenario, a su juicio, “con personalidad propia y muy singular”.
Prieto, por su parte, ha mostrado su satisfacción por el hecho de que la Diputación haya podido colaborar para que esta importante cita científica se pueda estar desarrollando en la capital conquense y, de esta manera, contribuir a que el trabajo de estos investigadores pueda seguir avanzando hacia un descubrimiento que vaya en beneficio de la sociedad. Algo en lo que ha coincidido la también vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, que no ha dudado en agradecer que un evento de estas características se esté llevando a cabo en nuestra capital.
Un foro bienal dirigido especialmente, tal y como ha explicado Juiz, a jóvenes investigadores a punto de terminar su tesis o ya en formación postdoctoral con la idea de que interaccionen e intercambien experiencias con otros investigadores más consolidados, de tal manera que sirva de plataforma de desarrollo profesional, de motivación e, incluso, de búsqueda de oportunidades laborales.
En esta décima edición, los participantes en la Conferencia Cajal van a abordar la neurociencia traslacional; es decir, van a discutir y aprender las posibilidades de acortar el tiempo existente entre un descubrimiento de ciencia básica y su aplicación a la sociedad, al paciente; un periodo de tiempo conocido como el “valle de la muerte”.
En consecuencia, durante estos tres días se intentará profundizar, según Juiz, en la manera de tender puentes sobre este “valle de la muerte” y para ello se intercambiarán opiniones y posturas entre los 40 jóvenes investigadores y la otra decena más consolidados y con mayor experiencia.
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