La exposición temporal ‘El Cristal de Hispania’, que exhibe desde octubre de 2017 el Parque Arqueológico de Carranque (Toledo) y ha sido cedida por el Grupo de Acción Local (GAL) CEDER Alcarria Conquense, no solo está despertando el interés del público por la minería romana del lapis specularis de la comarca sino que está resultando un “complemento educativo extraordinario” para la difusión de la cultura romana y un recurso “muy útil” para la dinamización del parque, según su directora, Patricia de Paz.
Se trata de una acción que da continuidad a los dos proyectos de cooperación interterritorial ‘Cristal de Hispania’ desarrollados desde 2006 por los GAL CEDER Alcarria Conquense, la Federación para el Desarrollo de la Sierra y Mancha Conquense (ADESIMAN) y la Asociación para el Desarrollo Integral El Záncara (ADI ZÁNCARA) en el marco de los Programas de Desarrollo Rural (PDR) de Castilla La Mancha, financiados el FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural), la Administración General del estado y la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. El objetivo es poner en valor este recurso patrimonial compartido, por su alto grado de atracción turística y su potencial dinamizador de la estructura socioeconómica territorial.
La directora del Parque Arqueológico de Carranque explica que encontraron en el yacimiento dos pequeñas placas de este mineral conocido como espejuelo que los romanos extrajeron y utilizaron principalmente para el cerramiento de ventanas, explotándolo como recurso estratégico durante los siglos I y II d.C. en Hispania. Este hallazgo les llevó a contactar con la Asociación Lapis Specularis y con el GAL CEDER Alcarria Conquense para poner en marcha una exposición que también cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Carranque y con la colaboración del Centro de Estudios e Interpretación de la Minería del Lapis Specularis de Osa de la Vega, la empresa Virtua Nostrum y el Centro UNESCO Getafe.
Aprovechando los recursos del propio yacimiento, la muestra ofrece una “visión actualizada y didáctica” de la investigación y el estado de la cuestión sobre el patrimonio histórico- arqueológico y geológico de la minería romana del lapis specularis en Castilla-La Mancha, en concreto de uno de sus principales distritos de explotación situado, como citaba Plinio el Viejo, en torno a unos “cien mil pasos alrededor de la ciudad hispanorromana de Segóbriga”, en las actuales provincias de Cuenca y Toledo. Así, la sala de exposiciones temporales acoge 14 paneles y varias vitrinas expositivas que, como afirma Patricia de Paz, aportan un “valor añadido” a los visitantes del parque, especialmente a los estudiantes, generando a la vez “sinergias entre diferentes recursos culturales” y “abriendo los ojos” a este patrimonio “más desconocido” de las minas, lo que está animando a muchos a visitar las ya musealizadas en Cuenca.
La exhibición también tiene como objetivo despertar el interés del público más joven y de la sociedad en general por la cultura clásica y los oficios y técnicas artesanales tradicionales a través de una de las principales actividades productivas romanas, la industria minera del lapis specularis, contribuyendo a su difusión, dinamización y conservación: educar para conservar y proteger. Por ello, se explican las características de este mineral o espejuelo y del trabajo minero, su instrumental y equipamiento, destacando también la ‘Ruta del Cristal de Hispania’ (o Sendero de Gran Recorrido GR-163) y las explotaciones conquenses habilitadas para recibir visitas en Saceda del Río, Torrejoncillo del Rey y Torralba. Además, para “sumergir a los visitantes” en las técnicas mineras de explotación, se exponen piezas de recreación y ficticios relacionados con las minas e instrumental minero como fragmentos de espejuelo, lucernas o material de esparto procedentes del Centro de Estudios e Interpretación del Lapis Specularis de Osa de la Vega (Cuenca).
Gracias a la calidad de la exposición y al enfoque pedagógico y didáctico, se dirige a un amplio y variado público, desde el especializado de la comunidad científica, atrayendo a profesionales de patrimonio histórico y arqueológico, hasta el general, completando y reforzando la oferta turística y de ocio del parque, pasando por todos los niveles de la comunidad educativa (Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato), por su valor adicional como un recurso pedagógico y didáctico de referencia.