Martes 03 de abril de 2018
La ocupación hotelera en Semana Santa alcanzó el 92% y un 90% en alojamiento rural, según se desprende de la encuesta realizada por la Dirección General de Turismo, Comercio y Artesanía dependiente de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo y cuyo resultado supera las previsiones publicadas la semana pasada, así como los registros de la Semana Santa del año pasado, que fueron de un 80% de ocupación.
En capitales como Cuenca y Toledo, cuyas celebraciones de Semana Santa cuentan con la declaración de interés turístico internacional, la ocupación hotelera ha llegado al 96% y 97%, respectivamente.
Junto a las principales ciudades de la Comunidad Autónoma, la ocupación en alojamientos rurales también se ha disparado estas fechas, superando el 90% y rozando el lleno completo en zonas como la Sierra del Segura, en Albacete.
Estos datos corroboran, ha dicho la directora general de Turismo, Comercio y Artesanía, Ana Isabel Fernández Samper, el buen funcionamiento del turismo en la región que ha comenzado el año con una subida de un 2% en viajeros y un 3% en pernoctaciones hoteleras, (un 1% por encima de la media nacional).
Además, desde la puesta en marcha en Plan Estratégico del Turismo, el número de viajeros que han visitado la Comunidad Autónoma ha crecido un 20%, lo que supone 1,1 millones de viajeros y 2,1 millones de pernoctaciones más. Este movimiento ha generado 4.600 empleos directos y 6.300 indirectos.
Castilla-La Mancha cuenta con más de 32.400 plazas hoteleras y 11.637 de alojamiento rural. En la provincia de Albacete hay 7.299 plazas hoteleras y más de 4.000 de alojamiento rural; en la provincia de Ciudad Real hay 7.966 plazas hoteleras y 656 de alojamiento rural; en la provincia de Cuenca hay 6.353 plazas hoteleras y 3.043 de alojamiento rural. En la provincia de Guadalajara hay 5.156 plazas hoteleras y 1884 de alojamiento rural y en la de Toledo hay 5.644 plazas hoteleras y 1.990 de turismo rural.
A partir del presente mes de abril, Castilla-La Macha ofrece un amplio abanico de posibilidades turísticas para todo tipo de demandas, tanto para los que requieren naturaleza, paisaje y gastronomía, como para los que buscan historia, cultura, tradiciones o patrimonio monumental. El turismo de aventuras, deportivo y de plena implicación con la naturaleza encuentra en esta temporada en Castilla-La Mancha su máximo apogeo.
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