Cuenca

Los alérgicos al polen sufrirán más esta primavera

En imagen el cauce del río artificial seco desde hace más de dos años en el parque de Los Principes
Redacción/ EFE | Martes 20 de marzo de 2018
Los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera de intensidad moderada en el centro peninsular y en la zona suroeste, una previsión similar a la que los alergólogos hicieron el año pasado, que acabó siendo más leve por el calor que hizo en abril y mayo.

Esta es la previsión que han hecho pública hoy los responsables del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), un día antes de que entre la primavera, una estación en la que la sensibilización al polen de gramíneas generará más problemas en Extremadura, Toledo, Ciudad Real, Madrid, Jaén y Sevilla.

En concreto, en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid la primavera será moderada (con entre 4.000 y 6.000 granos de polen recolectados al día por metro cúbico de aire) y los niveles máximos de polen se registrarán en Toledo, con una previsión de 4.874.

En la zona suroeste peninsular se prevén también unos niveles moderados altos: en Extremadura y sobre todo en Sevilla, donde se esperan 5.606 granos por metro cúbico de aire.

En las islas Canarias, la primavera será muy leve (cuando se recogen hasta 2.000 granos), con valores máximos de hasta 500 granos por metro cúbico de aire.

En el litoral mediterráneo será leve (cuando las concentraciones son de 2.000 a 4.000 granos), con el nivel más alto en Barcelona (1.231 granos), al igual que en la cornisa cantábrica, donde el valor más alto se espera en Vitoria con 2.761 granos.

Por lo tanto, casi todos los días de la primavera, los alérgicos al polen de gramíneas tendrán síntomas, según el presidente de la Seaic, Joaquín Sastre, ya que por lo general se manifiestan por encima de los 50 granos recolectados.

Las previsiones para la primavera del año pasado eran similares, pero, tal y como ha explicado el presidente del Comité Ángel Moral, hizo mucho calor en abril y mayo y se adelantó la polinización de las plantas y se secaron pronto, con lo que los niveles de polen registrados fueron muy inferiores a lo esperado y de los que se esperan para la de este año.

Este invierno ha sido muy frío -se ha registrado una media de 1,6 grados por debajo de los años anteriores- y eso ha hecho que se retrase la actividad de las plantas.

Los almendros han empezado a florecer muy tarde, a principios de marzo, cuando lo normal es que lo hagan a finales de enero.

Con las arizónicas y cipreses ha ocurrido lo mismo, con lo que las personas que son alérgicas a estas plantas han sufrido menos este invierno, pero cuando se retiren las lluvias y suban las temperaturas estas comenzarán a tener síntomas que creían que ya habían pasado.

Para que los alérgicos sufrieran menos esta primavera, lo ideal sería, según Moral, que estuviera lloviendo todos lo días y que además la temperatura fuera muy alta, porque así las gramíneas se secarían pronto y no durarían mucho tiempo.

Sin embargo, si las temperatura son más suaves la polinización podría durar dos meses y los pacientes tendrían más problemas.

Cada vez hay más alérgicos al polen, este es más agresivo y dura más tiempo, y por eso las previsiones para 2030 son de que uno de cada cuatro españoles lo sea.

La contaminación atmosférica (el diésel y las calefacciones) y el cambio climático, apreciable en un invierno atípico de temperaturas frías alternas con otras más propias de la primavera y escasas precipitaciones, son las razones de que haya mayor cantidad de polen, que aumente su agresividad y se incremente el tiempo de exposición al mismo.

En los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos: gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria.

Ocho millones de españoles son alérgicas al polen, y para ellas los alergólogos recomiendan la inmunoterapia o vacunación como una herramienta terapéutica de primer orden.

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