Todo empezó a pedir de boca para los blanquinegros. Pasada la media hora de juego ya dominaba en el marcador el cuadro conquense por 0-2, gracias a un tempranero gol de Tajamata (2´) y otro de Gérica (36´), en el tramo final del primer acto.
Sin embargo, más allá de amilanarse, el Villarrobledo sacó su gen ganador y, en menos de diez minutos, nivelaron el marcador, tras un tanto de Acevedo en el minuto 38 y, otro de Piojo, al filo del descanso. Este gol psicológico supuso un mazazo para los blanquinegros que vieron como los albaceteños le neutralizaban una ventaja muy favorable.
Se llegaría al descanso con 2-2 y con todo por resolver en la segunda parte.
En el segundo acto, el equipo local salió envalentonado y, tras desperdiciar varias ocasiones para adelantarse en el marcador, en el minuto 67, un testarazo de Piojo, desequilibraría el choque a favor de los de Manolo Martínez.
Tras este revés, sin otra opción, la Balompédica se vino arriba y echando el resto llegaría el premio del gol de las botas de Carlos Bravo, que en el minuto 87, ponía las tablas en eltanteador (3-3).
Finalmente, en las postrimerías del choque, cuando el Conquense daba por bueno un punto de oro frente a un rival directo y con cartel, apareció Aitor Asensio que con su gol otorgó una victoria de enjundia a un Villarrobledo que, hoy, hizo una auténtica escabechina al Conquense; sorprendente, si tenemos en cuenta que el conjunto de Luis Ayllón venía con el aval de no haber encajado ningún gol en seis jornadas consecutivas. Pero señoras y señores, esto es fútbol. Ya lo saben: “En fútbol no hay nada escrito”.