Cuenca

‘Chiquilladas’, una obra conquense que merece saltar a los escenarios a nivel nacional

Lunes 25 de diciembre de 2017

El resultado que ha conseguido Desahucio Teatro con su versión de ‘Chiquilladas’ transciende los límites de la provincia de Cuenca, por lo que podría aspirar sin ningún complejo a ser representada a nivel nacional.

‘Chiquilladas’ es la obra de culto ampliamente representada a nivel dentro y fuera, del autor francés Raymond Cousse, en la que el grupo conquense ha trabajado a fondo con un resultado que la convierten en una propuesta singular. Una apuesta seria sobre el escenario que convence al público como lo demuestra en cada representación

A través de la inocencia de Chico, el niño protagonista, y su constante juego, el público se identifica y recrea momentos propios de su vida que acaba convirtiendo la obra en algo suyo. Se sirve del juego inocente del niño para provocar la reflexión sobre los grandes temas que nunca acaba de resolver el ser humano

En las tomas de contacto que ha tenido con el público, en las pedanías de Cuenca, el Teatro Auditorio y localidades como Iniesta o Manganilla ha aplaudido la ternura, el humor y la ironía como ingredientes que la aderezan y premian largamente con aplausos. En espacios donde la han disfrutado, la califican de excelente trabajo y no dudan en situarla por delante de otros montajes nacionales recientemente programados en el mismo espacio como una de las mejores obras representadas en los últimos tiempos.


Dirigida por Ángel González consigue mantener expectante al público, atento al trasiego del único actor de la obra, Ángel Ibáñez, mientras despliega ingeniosamente escena tras escena el único elemento dispuesto sobre el escenario, los “baúles".

Pequeños cambios que se producen sin transición sobre las tablas nos llevan a los grandes y universales temas. Desahucio se sirve de la calidez de un niño para mostrar la realidad con la que nos encontramos en el camino hacia la madurez cuando se descubre la vida y surgen las grandes preguntas. La muerte, Dios, la Iglesia, el poder omnipresente que nos controla, que controla las conciencias en nombre de la verdad. El niño se encuentra de bruces con el amor, la amistad... Una obra ágil y fácil de ver que contrasta con la profundidad de las ideas con las que nos enfrenta.

Compartimos opiniones que han aplaudido una obra que merece la pena y no debería nadie perderse: desde la idea, la dirección, la puesta en escena y la escenografía en las que se cuida hasta el último detalle, y, por supuesto, el trabajo actoral de Ángel Ibáñez. Es, sin duda, "una de las mejores obras que hemos visto últimamente".


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