Si algo ha definido a Cs desde su creación es la lucha contra la corrupción, venga esta de donde venga y esté amparada por las siglas que esté amparada. Para empezar Cs nace en una Cataluña dominada por las mordidas del partido en el Gobierno, por el clan Pujol, y por un nacionalismo que es una máquina perfecta creada para desviar fondos para sus propios intereses o bien sus propios bolsillos.
En el ámbito nacional el panorama no era mejor. Son incontables los casos de corrupción que asolan España, desde la encabezada por el PSOE y sindicatos en Andalucía, subiendo por el PSOE de Castilla-La Mancha con la gestión de su Caja de Ahorros por esclarecer, pasando por el PP de la Comunidad de Madrid y Valencia o Baleares, y así son pocos los puntos en el mapa y los partidos políticos no afectados por la lacra de la corrupción.
¿Estamos los partidos libres de corruptos? No, claramente. La diferencia es dónde están esos corruptos y lo que se hace con ellos cuando se detectan. Si la corrupción nace de las altas esferas de los partidos, y les nutre como fuente de financiación, si cuando se les detecta se les afora, se les protege de la acción de la Justicia, o se entorpece la misma, llegando incluso a acosar desde las Administraciones a jueces y fiscales en un ejercicio repulsivo de mezcla de poderes, entonces esos partidos no pueden regir los destinos de un País ni de una CCAA
Desde Ciudadanos exigimos una lucha seria contra la corrupción, con recursos judiciales y policiales, sin injerencias en la creación del CGPJ, sin venta de sillas, sin Fiscales Generales a la voz del Gobierno, donde los Jueces, Fiscales y letrados de la administración elijan a sus dirigentes si cuotas de poder. Una legislación que no tenga aforados ya que todos somos iguales ante la Ley, y que no utilice los indultos como manera de agradecer servicios prestados, o esperarlos en el futuro. Exigimos también recursos en materia fiscal, no anmistías, para luchar contra el fraude, pues este es la primera fase de la corrupción, la que nos hace desiguales frente a nuestros impuestos.
Todos los partidos deben entender que es necesario un acuerdo de Estado contra la corrupción. Que esta no se puede seguir tapando en las sedes, que la ciudadanía está cansada de palabras vacías, de posicionamientos de atril que se olvidan cuando se apagan las cámaras. Esta postura es la que ha desprestigiado la clase política en este País y nuestros ciudadanos no se lo merecen. Se merecen políticos honrados, trabajadores, transparentes que antepongan el interés de las personas por encima de los votos. Se merecen Partidos políticos que sirvan para luchar por el bien común, y no sean empresas de contratación. Está en nuestra mano, no les defraudemos.
Alejandro Ruiz
Secretario de Organización de Cs C-LM