Cuenca

Caso Morate | Marina y Laura murieron estranguladas con una brida y con las manos

Redacción/ EFE | Viernes 27 de octubre de 2017
Los forenses que han comparecido este jueves en el juicio que se celebra en Cuenca contra Sergio Morate, por el doble asesinato de Marina Okarinska y Laura del Hoyo, han indicado que las jóvenes murieron estranguladas, la primera con una brida de plástico y la segunda con las manos, aunque ésta intentó defenderse.

Durante una declaración de casi cuatro horas, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Cuenca, Guadalajara y Albacete que hicieron la autopsia a los cadáveres, en agosto de 2015, han explicado que Marina recibió un golpe en la cabeza que la dejó en situación de indefensión.

Fue un golpe previo a la muerte, mientras que Laura sí que llegó a intentar defenderse de su agresor, aunque recibió también un golpe en el pómulo.

Uno de los forenses ha subrayado que el golpe que recibió Marina le provocó "una conmoción cerebral de grado 3", y que la muerte se produjo "por un estrangulamiento a lazo", con una brida de plástico que fue encontrada en su cadáver.

La brida "produce una asfixia mecánica", ha explicado el forense, que a preguntas de la fiscal, ha asegurado que el hecho de que no tuviera lesiones típicas de defensa indica "que en el momento de ser atacada no lo esperaba".

A su vez, Laura sufrió "una asfixia mecánica a mano", ha apuntado el especialista, que ha precisado que no es necesario utilizar todos los dedos de la mano para comprimir la vía respiratoria y la carótida.

"Con dos dedos, adecuadamente dispuestos es más que suficiente", ha aclarado el forense, que ha añadido: "Si a ese mecanismo le añadimos un movimiento de elevación de la víctima, más rápidamente provocamos la inconsciencia y la muerte de la misma".

Pero a diferencia de Marina, en el caso de Laura "la rotura de las ropas indican que la víctima ha intentado zafarse del agarre del agresor, éste ha conseguido cogerla, se ha producido un forcejeo hasta el punto de que las ropas se han roto, y es posible que en esta circunstancia se haya producido el traumatismo en la cara", ha concluido el forense.

Los doctores que han defendido el informe de la autopsia realizado junto a una tercera compañera, ya jubilada, fueron los que realizaron el levantamiento de los cadáveres la noche del 12 de agosto de 2015 en Palomera, y han indicado que los cuerpos se encontraban en un "avanzado estado de putrefacción" lo que ha impedido recoger más datos de los mismos.

Tras la declaración de los forenses han comparecido, los profesores de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid José Antonio Sánchez y César Borobia, que han descartado en su informe, encargado por la defensa, que Marina pudiera haber sido estrangulada con una brida ni Laura con las manos.

Durante su declaración, han resaltado que una brida tendría que haber dejado "un surco" en el cuello de Marina que no se ve en las fotografías que ellos han examinado para su dictamen, y que proceden del informe policial.

Y en el caso de Laura, han señalado que "no podemos deducir que hay un estrangulamiento a mano si no hay ninguna señal" que haya afectado a los cartílagos y músculos del cuello.

A lo largo de la cuarta sesión del juicio han comparecido diferentes peritos, entre ellos las agentes de la Unidad de Análisis Científico de la Policía Nacional que han puesto de relieve que en una garrafa de agua de Lourdes que se encontró junto a la fosa de Palomera en la que aparecieron los dos cuerpos se encontró ADN de Sergio Morate.

A preguntas de la defensa han indicado también que no encontraron restos de las dos jóvenes asesinadas ni en los coches que utilizaba habitualmente Morate, ni en el garaje o el piso donde supuestamente se cometieron los asesinatos en la calle Río Gritos.

Solo fueron hallados únicamente en el Chevrolet Kalos de Laura, en el que tampoco se encontraron restos del acusado.

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