Los españoles tenemos el enorme privilegio, a veces olvidado de haber construido una gran Nación a lo largo de siglos de historia. No es por tanto casual que nuestro calendario esté repleto de fechas, festividades y efemérides que vienen a recordar, reconocer y festejar los episodios o los aspectos más relevantes de nuestra cultura, de nuestra historia, de nuestro patrimonio, del sentirnos españoles. Esta realidad es tan evidente que nos distingue de otras naciones sin que por ello dejemos de compartir espacios comunes como es el europeo o alianzas y tratados que nos permiten fijar interacciones basadas en el respeto y el interés mutuo.
Pero si hay una fecha que resume todo lo dicho, esta es el Día de las Fuerzas Armadas que celebraremos como todos los años desde 1978, el próximo día 27 de mayo. Esta celebración no nos diferencia en principio del resto de países de nuestro entorno pues todos ellos la tienen recogida en sus calendarios y todos ellos la celebran con objeto de fomentar su conocimiento e integración en la sociedad, y porque sin duda alguna se sienten orgullosos de sus Ejércitos y de los hombres y mujeres que los componen.
Lo que también es cierto y ésta sÍ es la diferencia, es que ninguna nación del mundo puede presumir de una historia militar tan rica como la española. Y no solo por sus episodios gloriosos, sino sobre todo porque estos fueron forjados por sus mejores hijos y por la mejor de su sangre. No hay nación del mundo que tenga a tantos de sus héroes enterrados en todos los rincones del planeta, fruto sin duda del valor probado de nuestros soldados. No hay país cuyos militares no reconozcan con respeto y sana envidia nuestra historia militar y el comportamiento de nuestros militares.
Esta historia militar convertida en tradición ha llegado intacta hasta nuestros días y ello la hace todavía si cabe más grande. El comportamiento de nuestros militares en las misiones de paz o humanitarias se refleja en sus uniformes con sus recompensas que reconocen que han sido ellos los que llevan nuestra Bandera a países lejanos. Que gracias a ellos la paz o la ayuda que los españoles deseábamos para estos países que sufren guerras o catástrofes ha llegado, y se ha convertido en realidad. Y nuevamente en muchos casos aportando no solo su sacrificio y su esfuerzo, sino su sangre y sus vidas enriqueciendo la tradición militar española y con ella la historia de España.
El Día de las Fuerza Armadas nos permite recordar y agradecer el comportamiento sereno, valiente, leal de los Ejércitos frente al terrorismo. Soportando con disciplina el azote de los enemigos de España y de nuestro Estado de Derecho. Contribuyendo decisivamente a su derrota, nuevamente con su sangre, con sus vidas.
Por todo ello y por mucho más celebramos el Día de las Fuerzas Armadas. Para que se sepa que nos sentirnos orgullosos de ellas. Para rememorar nuestra tradición y nuestra historia. Porque reconocemos como españoles su compromiso tantas veces probado de defender la Patria y a su Bandera hasta sus últimas consecuencias. Para poner en valor su espíritu de sacrificio y para agradecerles que con su ejemplo hayan conseguido que el patriotismo sea un sentimiento de todos los españoles. Porque seriamos necios si renunciáramos al privilegio y al derecho de sentirnos españoles y de honrar a nuestro Ejercito.
Carlos Navarro Arribas
Concejal del Ayuntamiento de Cuenca