El Bosque de Acero, como saben los conquenses, fue una obra que se inauguró en el año 2010 con el propósito de que fuera un espacio multiusos que pudiera albergar desde conciertos, fiestas, teatro, talleres, exposiciones o pequeñas ferias. Su localización se encuentra en las proximidades de la zona en donde se sitúa la feria de San Julián, muy cerca del parque de bomberos de la ciudad de Cuenca, en las inmediaciones de la ribera del río Júcar.
Tras el costo de 7,7 millones de euros, en la actualidad, es un “bosque muerto” sin ninguna utilidad a corto o medio plazo, constituyendo un paisaje sin vida de acero, cristal y hormigón.
Hoy por hoy, no sé si existirá algún proyecto que contemple el uso y disfrute de estas instalaciones aunque, de ser así, primero se debería reacondicionar la construcción y realizar su mantenimiento correspondiente, ya que el tiempo hace mella y presenta el desgaste propio del mismo. Ante este supuesto de que no exista ninguna idea futura de utilización de estas instalaciones, se vislumbra una mera posibilidad de hacer algo con ellas.
En Cuenca, tenemos la suerte de contar con uno de los equipos de élite de extinción de incendios forestales con base sita en Prado de los Esquiladores (Cuenca), denominada BRIF (Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales). Estas brigadas de bomberos forestales están altamente preparadas para poder desplazarse y actuar en cualquier incendio forestal que
se produzca en el territorio español y, mediante el correspondiente convenio, unos kilómetros fuera de él en caso necesario. Son un medio helitransportado, que cuenta, en general, con dos helicópteros por BRIF con los que se desplazan en tiempos reducidos a cualquier incendio forestal.
Estas brigadas de bomberos forestales se encuentran trabajando prácticamente todo el año, salvo un periodo de descanso que suele coincidir con las navidades. Durante el invierno realizan trabajos de selvicultura preventiva contra incendios y una preparación física que les ayuda a mantener unas condiciones físicas óptimas durante todo el año. Pero no todo es tan bonito. Durante este periodo de invierno, estas brigadas no cuentan con una base o unas instalaciones cercanas a Cuenca que les permita cambiarse y asearse en un recinto cerrado y acondicionado para tal efecto. Estos bomberos forestales, se cambian y se asean en pleno monte en muchas ocasiones con frío y/o lluvia, a veces con temperaturas bajo cero. Tampoco disponen de una sala donde recibir formación teórico-práctica continua, pilar básico y fundamental en trabajos de riesgo, como es el de bombero forestal.
Ante estos hechos, el Bosque de Acero se presenta como una posibilidad de poder albergar a este equipo de élite durante todo el año. Sus 1800 m2 son más que suficientes para proyectar una base moderna y actual, con sus vestuarios,
ducha, lavabos, cocina, sala de estar y sala de formación, cuarto de herramientas, etc, contando con una excelente situación cercana a los bomberos del ayuntamiento de Cuenca, permitiendo realizar una puesta en común de ideas y prácticas conjuntas, pudiendo servir la BRIF además como un equipo de apoyo a los bomberos si las circunstancias lo requirieran. Y viceversa.
Se suma la cercanía al Complejo Deportivo Luis Ocaña, donde la preparación física de estos equipos se podría realizar de manera óptima, con una mayor dedicación y mayores rendimientos del personal.
Además, la feria de San Julián no se vería afectada por la situación de esta base en este lugar, ya que se encuentra fuera de la zona de las atracciones. También cuenta con unas buenas vías de acceso por la Ronda Oeste de la ciudad que, en caso de emergencia por incendio forestal y que las aeronaves no estuvieran operativas, facilitarían el transporte del personal BRIF por tierra.
Como conclusión y a modo de resumen, se trata de un proyecto que mejoraría mucho las condiciones de los bomberos forestales de la BRIF de Cuenca, utilizando de esta manera, por fin, las instalaciones del Bosque de Acero, esta vez, contra incendios forestales.
Julián Cuevas González
Ingeniero Técnico Forestal