Provincia

El Provencio rinde hoy homenaje a Notburga de Haro en el Día del Libro

Redacción | Sábado 23 de abril de 2016

El Excmo. Ayuntamiento de El Provencio rinde hoy homenaje a Notburga de Haro en el Día del Libro, una provenciana considerada la primera firma conquense, incluso castellano-manchega, en la prensa de la segunda mitad del S. XIX.



 

Con motivo de la celebración del Día del Libro, desde el Excmo. Ayuntamiento de El Provencio han querido festejarlo de una forma diferente y a la vez muy especial, a través de un artículo de María Cristina Fernández Fernández, profesora titular de Geografía y Ordenación del Territorio de la Facultad de Educación de Cuenca en la UCLM, casada además con el profesor universitario, miembro de la Real Academia Conquense de Artes y Letras (RACAL) y provenciano, Joaquín Saúl García Marchante.

En este artículo la profesora María Cristina Fernández presenta a Notburga de Haro, una provenciana que bien podría ser considerada –ya sea como colaboradora literaria, escritora, periodista o traductora– la primera firma conquense y quizá castellano-manchega en la prensa de la segunda mitad del S. XIX.

Con este artículo, dicen desde el consistorio provenciano, "se rinde un justo homenaje a esta ilustre provenciana, agradeciendo profundamente a la profesora María Cristina Fernández Fernández el hacérnoslo llegar, expresándole así desde nuestro consistorio todo nuestro apoyo y colaboración para que su investigación prosiga y poco a poco se vaya esclareciendo la vida y obra de esta insigne provenciana del siglo XIX, desconocida hasta el día de hoy por la mayoría de los provencianos, conquenses y castellano-manchegos".

 

«NOTBURGA DE HARO, UNA PROVENCIANA EN LA PRENSA DEL S. XIX

Nacida en la Villa conquense de El Provencio, el 3 de noviembre de 1853, fue bautizada con solemnidad a los tres días en la Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción de dicha localidad manchega con los nombres de Notburga Carlota. Era hija del provenciano Justo Manuel José de Haro Romero, médico cirujano de la Corte y de Manuela Pacheco Vélez, natural del vecino pueblo de San Clemente.

Parece innegable que esta mujer debió recibir una educación excepcional en su entorno que le llevó, siendo muy joven, a traducir obras del francés, según refieren diversos autores –Diego Ignacio Parada en Escritores y eruditas españolas, publicado en 1881; Juan Pedro Criado y Domínguez en Literatas españolas del S. XIX. Apuntes bibliográficos en 1889; Manuel Ossorio y Bernard en 1903 en su “Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del S. XIX”, en el que presenta a Notburga también como colaboradora literaria de La Iberia y otros periódicos de Madrid para los que añade, hizo numerosas traducciones; R de la Huerta y Posada también destaca su faceta como traductora en la revista El álbum Iberoamericano, en 1890; en 1895 la escritora, periodista e historiadora colombiana, Soledad Acosta de Samper, en su obra La mujer en la sociedad moderna, escribe textualmente “Cuenca, entre otras, cuenta con la escritora Doña Notburga de Haro”.

María del Carmen Simón Palmer, en 1981 incluye en Las escritoras españolas del S. XIX a esta conquense especialmente citada como traductora de obras francesas publicadas por entregas en el diario progresista madrileño La Iberia, de unos 8.000 ejemplares de tirada, entre los años 1873 y 1874.

Todos estos autores coinciden en sus obras traducidas: El gabinete azul de la condesa de Dash,La juventud de Mirabeau, de Louise Colet y Un amigo diabólico de A. de Goudrecour; en 2007 Francisco Lafarga, en Sobre traductoras españolas en el S. XIX, evidencia las traducciones realizadas en este tiempo, sin añadir ninguna nueva.

En 1873, la joven Notburga, de veinte años, contrajo matrimonio con el entonces comandante de la Guardia Civil, Joaquín Pacheco Vélez, treinta y un años mayor que ella, hermano de su madre y en consecuencia, tío suyo. Parece lógico que acompañara a su marido en sus destinos lo que en cierto modo podría explicar la ausencia de su firma en las páginas de La Iberia, desde 1874. Al respecto, María del Carmen Simón Palmer indica que, en efecto, al casarse la joven dejó de escribir. No tuvieron descendencia. En 1886, el matrimonio residía en El Provencio y cuando Notburga enviudó en 1888, continuó viviendo en la localidad. La fecha y lugar de su fallecimiento son todavía desconocidas.

En la ciudad de Cuenca, hay una calle dedicada a su memoria junto a otras de mujeres escritoras conquenses, propuestas en su día por sus investigadoras al Ayuntamiento, en el seno del Seminario Mujer y Educación, en el que inicié la investigación que vengo realizando sobre la vida y obra de Notburga de Haro quien –como colaboradora literaria, escritora, periodista o traductora– podría ser considerada la primera firma conquense o incluso castellano-manchega en la prensa de la segunda mitad del S. XIX».