El Partido Popular de Cuenca, por medio de su Comisión de Sanidad, ha trasladado hoy la preocupación percibida por “el abandono del Gobierno de Page” a los diferentes proyectos de Integración Social que se desarrollan en los municipios de nuestra provincia a través de los distintos ayuntamientos y entidades. Según la citada Comisión popular, los servicios sociales de nuestra región, y por tanto de la provincia de Cuenca, se mantienen en la actualidad exclusivamente gracias al esfuerzo y compromiso de estas corporaciones municipales y de las organizaciones sociales.
Y es que, comenzado ya el mes de abril, y en contraposición a la convocatoria de 2015 que se publicaba a finales de 2014, “todavía desconocemos la fecha de publicación y convocatoria de los PRIS (Programas Regionales de Integración Social) lo que significa que municipios como Casasimarro, Iniesta, Villanueva de la Jara, Mota del Cuervo, San Clemente, Las Pedroñeras, Huete y Villamayor de Santiago tienen sin garantizar, por parte del Gobierno de Page, proyectos de Integración Social orientados a las personas y familias en situación de vulnerabilidad, riesgo o exclusión social”.
Este abandono y desinterés mostrado por el Gobierno bipartito PSOE-Podemos compromete también proyectos socioeducativos y de reinserción social así como los de urgencia residencial y de apoyo a la maternidad, iniciativa, esta última, pionera en nuestra región que era puesta en marcha por el gobierno popular de María Dolores Cospedal.
“El evidente desprecio que García-Page muestra hacia los más vulnerables choca frontalmente con la engañosa campaña propagandística del Gobierno del PSOE-Podemos relacionada con los ‘famosos’ 600 millones de emergencia ciudadana” que, como ya alertaba días pasados la diputada popular Cortes Valentín, “ni están ni se les espera”.
Así, el Partido Popular de Cuenca ha lamentado la pérdida de oportunidad en este año 2016 de seguir una ruta de intervención social consolidada desde la pasada legislatura, al haberse roto la continuidad de unos proyectos que tienen asociados procesos de inclusión que, dado su interés y las personas a las que van dirigidos, no pueden ser intermitentes como pretende García-Page, “al ponerlos al servicio exclusivo de su interés y rédito político”.