Se trata de una nueva Campaña Especial sobre Vigilancia y Control de la Velocidad, y se enmarca dentro de la programación de las Campañas y Operaciones de Vigilancia y Control que está llevando a cabo la Dirección General de Tráfico para el año 2015.
Tendrá lugar entre los días 20 al 26 de Julio y durante ese período de tiempo se incrementarán los controles de velocidad en la Calle Hermanos Becerril, Avenida Juan Carlos I, Reyes Católicos, Avenida de la Música Española y Ronda Oeste, en cualquiera de sus tres tramos. Aunque en función de las condiciones del tráfico y la vía, puntualmente pueden establecerse en zonas distintas a las reseñadas.
Los conductores que excedan la velocidad permitida se enfrentan a sanciones tanto de tipo económico, que irán desde los cien hasta los seiscientos euros, como de pérdida de puntos del carnet de conducir. Además de estas sanciones administrativas, existe una de tipo penal, un delito, tipificado en 379.1 del Código Penal: El que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en sesenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o con la multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días y, en cualquier caso a la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
Desde la Dirección General de Tráfico se recuerda que aún habiéndose registrado un descenso en el número de conductores denunciados por exceso de velocidad, es necesario seguir haciendo el máximo esfuerzo por el control y vigilancia de la velocidad. Porque tiene un impacto muy importante en el medio ambiente, el consumo de combustible y en la calidad de vida de las zonas urbanas, poniendo en peligro la seguridad de los peatones y ciclistas.
En zonas urbanas, insisten, especialmente en el caso de atropello, la velocidad es determinante. Ya que a partir de 80 kilómetros por hora es prácticamente imposible que un peatón no fallezca en un atropello; mientras que a una velocidad de 30 kilómetros por hora el riesgo de muerte del peatón se reduce al 30%.
Y es que la circulación en ciudad, señalan desde la DGT, constituye el primero de los escenarios donde el conductor inicia la adquisición de hábitos y costumbres que, con posterioridad, se manifiestas en carretera.