Cuenca

El ceramista Adrián Navarro ingresa en la Real Academia Conquense

Redacción | Miércoles 03 de diciembre de 2014

El prestigioso ceramista conquense Adrián Navarro ingresará oficialmente como nuevo académico numerario de la Real Academia Conquense de Artes y Letras este jueves 4 de diciembre en el curso del solemne acto académico que se celebrara, a partir de las siete y media de la tarde, en el salón “Juan José Gómez Brihuega” del Centro Cultural Aguirre, dependiente de la Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca. Su candidatura, que fue presentada por los académicos Joaquín Saúl García Marchante, Óscar Pinar y Miguel Ángel Moset y recibió el correspondiente placet de la asamblea general de la corporación conquense, le coloca en el sillón correspondiente a la letra “O” ocupando la plaza dejada libre por la investigadora María Luz Rokiski tras el paso de ésta a la condición de supernumeraria. Su discurso de ingreso será contestado por el académico Miguel Ángel Moset. Su entrada en la RACAL viene a rubricar un hacer que ha superado con mucho la mera artesanía para instalarse en el universo artístico con un modo claramente personal y distintivo expresado en unas obras estilizadas, diferenciadas y singulares en cuyas formas y decoración - barnices, engobes, óxidos y esmaltes -  resuenan, junto a ecos de la cerámica ibérica o clásicos, otros de índole que cabría calificar casi de picasianos.

 



 

Nacido en 1942 en la localidad de El Provencio, Adrián Navarro Calero descubrió bien pronto la atracción del alfar y el horno y con ella una vocación a la que se iba a entregar en cuerpo y alma. Ya a los doce años iniciaba sus estudios de cerámica en la Escuela de Formación Profesional de San José, en Cuenca, dando el primer paso de una trayectoria que iba a continuar desarrollando primero en los dos alfares de la capital conquense, en los que trabajó durante los tres años siguientes, y posteriormente en la Escuela Superior de Cerámica Artística de la población valenciana de Manises, estancia que le proporcionó un decisivo acercamiento al universo de la cerámica ibicenca. En 1969 abrió su primer estudio en la albaceteña Villarrobledo y en él permaneció hasta 1976 en que regresó a tierras conquenses para instalarse ya definitivamente en la capital de la provincia. En su currículo, además de sus numerosas exposiciones y de la inclusión de sus obras en distintas colecciones institucionales tanto en España como en Italia, figuran la impartición de cursos y una larga lista de premios y galardones, entre ellos, por citar tan sólo algunos, la Medalla de la Dirección Nacional de Artesanía, la del Archeoclub Nacional de Italia, el título de maestro Artesano de Castilla La Mancha o la Medalla al Mérito Artesano también de Castilla La Mancha.