Cuenca

Las pinturas murales de Alarcón en “Los martes de la RACAL”

Redacción | Martes 25 de noviembre de 2014

Las pinturas murales realizadas en la iglesia de San Juan Bautista en Alarcón por el pintor Jesús Mateo, sin duda una de las aventuras plásticas más insólitas y sorprendentes del arte contemporáneo conquense, protagonizarán este martes 25 de noviembre la nueva cita de los Martes de la Academia, el programa semanal de convocatorias públicas de la Real Academia Conquense de Artes y Letras. El acto, centrado en la intervención del propio artista complementada con la proyección de un documental sobre su trabajo, comenzará a las siete y media de la tarde en el salón de la sede de la corporación académica en la segunda planta del edificio de las antiguas Escuelas de San Antón, junto a la iglesia de la Virgen de la Luz.



 

 

Un proyecto insólito en su concepción y en su realización

Declaradas de interés artístico mundial por la UNESCO, la organización de las Naciones Unidas para la educación la ciencia y la cultura, las pinturas murales de la desacralizada iglesia alarconera son el feliz fruto de una iniciativa personal de Jesús Mateo esbozada en 1994 que, de manera poco usual, acabaría saliendo adelante, además de por la decidida entrega y el mantenido empeño personal del artista, autor y realizador individual del proyecto, gracias a la consecución de mecenazgo colectivo nada frecuente, especialmente en aquel momento, alcanzado a través de la asociación cultural creada en 1995 específicamente para ello. La empresa iba además a ir obteniendo el apoyo público de un numerosísimo elenco de intelectuales, escritores y artistas nacionales y foráneos entre los que figuraban nombres tan relevantes como los de José Saramago, Ernesto Sábato, Fernando Arrabal, Antonio López, Gustavo Bueno, José Agustin Goytisolo, Luis Mateo Díez, José Antonio Marina, José Vidal Beneyto, Eduardo Arroyo o Gustavo Torner, por citar tan sólo algunos de ellos.

Realizadas en los paramentos del templo – un bello edificio herreriano erigido a finales del siglo XVI en la plaza hoy llamada del infante don Juan Manuel  –  a lo largo de seis años, entre 1996 y 2002, de continuado, esforzado y nada fácil trabajo debido a las enormes proporciones y dificultades técnicas de la obra y la propia complejidad formal y cromática de su ambicioso planteamiento, iban a acabar determinando una propuesta plástica hija a la par del plan inicial y de su propio desarrollo en el tiempo que expresa un universo personal y comprometido en el que las formas originarias y primigenias del propio desarrollo de la vida se alían con la propia configuración del espacio en el que se expresan para conformar una singular caverna, a la par celestial y terrena, espejo de los sueños, ansias, angustias, deseos y experiencias del ser humano y del propio ser esencial de la naturaleza.

 

 

El autor

Nacido en Cuenca en 1974, licenciado en Derecho por la Universidad de Castilla La Mancha, Jesús Mateo se iba a formar como artista mediante una trayectoria autodidacta en cuyo inicio tuvo mucho que ver el espléndido fondo bibliográfico de la biblioteca del Museo de Arte Abstracto de la ciudad y desarrollada desde muy niño mediante visitas a talleres y museos y, sobre todo, a través del trabajo personal en el estudio. Tras una primera y temprana exposición individual llevada a cabo con tan sólo diecisiete años de edad y algunas otras colectivas decide emprender un camino propio que le va a ir alejando tanto de los formatos convencionales como de las formas tradicionales de comunicación con el público. Si bien su obra más conocida son sin duda las pinturas murales alarconeras, su trabajo ha quedado asimismo expresado en otras realizaciones como pueden ser la realización de libros de autor en colaboración, por ejemplo, con escritores como Francisco Brines o Fernando Arrabal.