El Ayuntamiento de Cuenca se suma a la conmemoración del Día Internacional de la Niña junto a la ONG Plan Internacional España. Esta ONG, fundada en 1937 y que impulsa programas de desarrollo en África, Asia y América, ha puesto en marcha diferentes actuaciones para dar a conocer la realidad que viven las niñas en muchos países del mundo en los que son “las pobres entre los pobres”. Asimismo, buscan marcar los pasos y herramientas para acabar con la discriminación de género a través de la educación y el empleo.
Para colaborar a alcanzar este fin, el Ayuntamiento de Cuenca iluminará las Casas Colgadas de color magenta el día 11 de octubre, Día Internacional de la Niña.
Esta misma iniciativa se llevará a cabo en otras ciudades de España, como Ávila, Santiago de Compostela, Segovia, Granada, Santander y Madrid.
Además, el Consejo Municipal de Infancia de la ciudad también se ha sumado a esta conmemoración mediante la redacción, por parte de un grupo de trabajo de niños y niñas consejeros, de un documento titulado “Por ser niñas”. El texto, que se leyó en la última sesión del Consejo Municipal de la Infancia y que se ha distribuido a todos los centros escolares de la ciudad para que sea leído en las aulas el 10 de octubre, pretende hacer visibles las discriminaciones que viven las niñas en algunos países del mundo y sensibilizar a la población sobre ello.
Precisamente, está previsto que los niños y niñas consejeros del Consejo Municipal de la Infancia asistan al encendido de las Casas Colgadas el sábado 11 de octubre, a las 20.00 horas, acompañados por el alcalde de Cuenca, Juan Ávila, y el portavoz de Plan Internacional, Javier Ruiz.
El 19 de diciembre de 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 66/170, declara el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña. La ONU reconoce “que el empoderamiento de las niñas y la inversión en ellas, que son fundamentales para el crecimiento económico, el logro de todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, incluida la erradicación de la pobreza y la pobreza extrema, así como la participación significativa de las niñas en las decisiones que las afecta; son clave para romper el ciclo de discriminación y violencia y para promover y proteger el goce pleno y efectivo de sus derechos humanos, y reconociendo también que ese empoderamiento requiere su participación activa en los procesos de toma de decisiones y el apoyo y la participación activos de los padres, turotes, familiares y cuidadores, así como de los niños y los hombres y de la comunidad en general”.