A veces nos encontramos con personas cercanas que nos sorprenden por su energía para enfocar la vida... como es el caso de Eva Sanz.
Eva Sanz es natural de Cuenca y desde pequeña la atrajeron los deportes de raqueta, destacando en el mundo del tenis, al que se dedicó profesionalmente hasta que se produjo su retirada. Con el paso de los años, pensó que aún sentía el gusanillo de la competición, de forma, que como tantos jugadores de tenis, se pasó al pádel, con un éxito considerable ya que en su palmarés está el haber sido Campeona de Castilla la Mancha durante varios años consecutivos, entre otros éxitos que cosecha.
Enamorada de su tierra, decidió emprender una nueva empresa en el mundo del pádel, PadelQ, con un enfoque diferente, dada su condición de mujer, que la permite entender mejor esa sensibilidad femenina, que se mueve por parámetros sutilmente diferentes a la masculina, tanto por condiciones naturales como por vocación personal y compromiso familiar; y... ¿quién mejor para entender esta sutileza que una mujer?.
Casi siempre desde el mundo masculino se suele aducir que las mujeres no afrontan riesgos o responsabilidades, sobre esto habría mucho que hablar, pero no es el caso de Eva, que dirige su propio club (junto a su marido, Carlos) y coordina un equipo de trabajo, con esa sabiduría y sentido práctico (tan propios de la mujer), compuesto por un equipo de varios profesionales que día a día hacen las delicias de sus clientes
A su experiencia como profesional del tenis, une una sólida formación académica en el campo padelistico y como bien saben los profesionales del deporte, siempre hay transferencias entre los distintos campos del saber.
Recientemente acaba de lanzar una nueva actividad especialmente dirigida a las mujeres para que puedan compatibilizar su actividad cotidiana de madres, con su derecho a disfrutar del deporte y la relación con amigas que comparten una misma afición.
¿Por qué pádel?
Desde mi opción personal reúne grandes virtudes, desde lo deportivo y lo empresarial, tengo una amplia experiencia deportiva, además mis trabajos anteriores me dieron un entendimiento empresarial y de organización que puedo aplicar en esta nueva faceta y estudiando las opciones vi que en Cuenca vendría bien un club cubierto, pensado de forma diferente, con ese matiz que podemos aportar las mujeres.
¿En qué se diferencia el pádel de otros deportes?
El pádel es un deporte muy adecuado a todas las edades y condiciones que puede practicarse en familia, además es fácil de practicar y con un gran camino de aprendizaje por delante, lo que hace que sea realmente adictivo y desafiante. También tiene una gran componente social, lo que le hace ideal para las mujeres y si está bien organizado permite compatibilizar muchos intereses que van desde lo personal a lo social, pasando por lo familiar. Permite mantener una buena forma física, a la vez que la fomenta la diversión y con ello la reducción del estrés y la ansiedad, problemas muy presentes en la sociedad actual.
¿Piensas que el pádel es un deporte para la mujer?
Sin duda, dado que no se trata de un deporte meramente físico, al jugarse en equipo es un juego que aúna estrategia y habilidad personal, lo que hace que para la mujer sea un deporte estupendo, puesto que nos permite suplir algunas carencias físicas con otras habilidades, lo que hace que sea un deporte rico y sorprendente, donde no siempre gana el más atlético.
¿Algo más que decir en cuanto a tu interesante propuesta para esta temporada?
Esta temporada mi idea es fomentar el pádel femenino, llevo tiempo estudiando el cómo realizar una especialización en esa área, apostando por desarrollar en las mujeres que lo practiquen un entendimiento del juego desde la faceta más táctica en la que se pone de relieve la astucia con la que se practica el juego, para que la mujer pueda explotar ese campo que no depende tanto de la condición física ni de la técnica.Para facilitar el que las madres y padres de familia puedan acceder a este deporte, hemos instalado en el club una ludoteca en la que una persona formada en la materia puede estar con los niños haciendo los deberes o cualquier otro tipo de actividad educativa, mientras los padres juegan.