El secretario general y candidato del PSOE a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha anunciado hoy que, de ganar las elecciones, su Gobierno, ya durante su primer año de mandato “financiará un contrato puente en empresas a todos los jóvenes que terminen sus estudios para darles un empujón y facilitar su entrada en el mercado laboral. Esa medida se financiará con 40 millones de euros al año”.
García-Page adelantaba esta decisión en un desayuno informativo con medios de comunicación en Toledo, una vez que el lunes fue proclamado ya candidato socialista a la Presidencia de la Junta tras recibir casi 7.000 avales de militantes (el 61 por ciento del total), y no tener candidatura alternativa.
Esta medida para incentivar el empleo entre los jóvenes se suma a otra ya comprometida, un Plan de Choque para 60.000 parados que ya no cobran ninguna prestación y que, de ganar en mayo, pondría en marcha antes de agosto. Hoy recordaba su intención de “dimitir”, si no ha puesto encima de la mesa ese Plan de Choque en las fechas dichas.
Page también ha avanzado que, en las próximas fechas, concretará no solo este programa para jóvenes, sino medidas específicas también para los desempleados mayores de 55 años, sobre todo aquellos que llevan más tiempo en paro.
“Los ciudadanos podrán comprobar si cumplo mi programa cada 6 meses”
En clave electoral, el líder de los socialistas castellano-manchegos ha detallado que el programa con el que concurrirá a la cita del próximo mes de mayo “será muy abierto, queremos hablar y comprometer medidas con más de 1.000 colectivos de todo tipo en la región”.
Unos compromisos “concretos, financiables y que serán evaluables. La gente podrá comprobar que el Presidente cumple su programa electoral cada 6 meses. Se podrá evaluar dentro y fuera de las Cortes”.
Emiliano García-Page ya ha asegurado que, sea cual sea el resultado, “yo siempre he hecho política en Castilla-La Mancha y me quedaré en Castilla-La Mancha. Le quiero preguntar a Cospedal si ella hará lo mismo si pierde, si se quedará en Castilla-La Mancha a defender su herencia”.
Una herencia que García-Page resumía “en muchos más parados, en empleos mucho más precarios, en el despido de miles de empleados de la Sanidad y la Educación, y en multiplicar por dos la deuda de la región”.