Desde la asamblea de las Marchas por la Dignidad en Cuenca manifestamos nuestro más rotundo apoyo a la familia de La Alberca de Záncara que iba a ser desahuciada de su vivienda por el BBVA.
Esta familia, compuesta por una mujer viuda y sin trabajo y un hijo también parado y con un trastorno de bipolaridad, subsiste con un subsidio de 426 euros mensuales que percibe la madre. Ella, enferma de cáncer y pagando las medicinas que necesita permanentemente, no tiene derecho a pensión de viudedad puesto que eran pareja de hecho. Dejaron de pagar la hipoteca al fallecer su pareja, hace dos años, lo cual ha multiplicado una deuda que estaba prácticamente pagada. Con el subsidio no pueden comprar las medicinas que necesitan, comer, pagar la luz y el agua…
El pasado día 26 iban a ser desahuciados. Hacía ya meses que les habían cortado la luz. Sin embargo, la presión ciudadana movilizada a través de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca durante los días previos ha servido para que a fecha de hoy el desahucio esté paralizado por el banco y tengan sobre la mesa una oferta de alquiler social. Lo cual demuestra una vez más que la lucha y la movilización surte sus efectos, cumpliendo el lema de la PAH: SI SE PUEDE. Por ello desde esta asamblea les queremos felicitar a través de esta resolución.
Sin embargo, tal y como la propia plataforma manifiesta, hay que ser prudentes: el alquiler social supone perder la posesión sobre una vivienda que ya tenían prácticamente pagada y en propiedad. En el contexto en el que vivimos la vivienda se ha convertido en uno de los derechos más pisoteados por los gobiernos, los mercados y la ideología neoliberal dominante. Por ello hay que seguir peleando no sólo por este caso cercano, que ha ocurrido en nuestra provincia, sino por las miles de familias que son desahuciadas al año a lo largo y ancho del país. Queda mucho camino por andar para que la vivienda esté garantizada de una manera justa para toda la población.
Este caso ha de servir, pues, como ejemplo de que la lucha con decisión sirve, da sus frutos. Este caso que además no sólo contiene el problema de la vivienda, sino también del paro y sus consecuencias, de la pobreza más absoluta, de un proceso de empobrecimiento de una familia que le ha llevado a esta situación sin que nadie lo haya advertido. En definitiva, de un problema que aúna las tres reivindicaciones que conforman nuestro lema: ¡PAN, TRABAJO Y TECHO!
Marchas Dignidad Cuenca