Artículos de Opinión

La energía positiva

Redacción | Lunes 17 de febrero de 2014

En el viaje hacia Villarrobledo, los aerogeneradores y huertos solares jalonan la estampa manchega. Parece una región favorable a las energías limpias y renovables... pero la apuesta actual por las energías nuclear y gasística y sus peligrosas consecuencias están ahí, amenazando con su inminente invasión de Castilla-La Mancha.



 

 

Al pasar junto al desvío de Zafra de Záncara llama mi atención que, casi junto esas energías limpias, a tan solo unos pocos kilómetros de aqui, estén los terrenos elegidos para ubicar el Cementerio Nuclear, donde quieren albergar los residuos más peligrosos del país.

 

Es un viaje largo hasta Villarrobledo, el cuentakilómetros me recuerda que el consumo de gasolina se dispara a altas velocidades y reduzco, aun así se me irán unos quince litros en el viaje de hoy, espero que merezca la pena y no esté contribuyendo a la contaminación en balde.

 

Llego a Villarrobledo. Villar de Cañas y su pesadilla nuclear parecen lejanos aunque no lo sean tanto, en línea recta son menos de 60 kilómetros. Quizá por eso, esta región amenazada por el fracking no se olvida del ATC en su protesta. Campo de Montiel y La Mancha, Campos de Hellín, esas son las comarcas elegidas para drenar el gas de las pizarras de su subsuelo y dejar a cambio veneno para sus acuíferos.

 

Pero en esta manifestación las luchas contra estos dos monstruos no están solas, a la demostración se suman las Plataformas en Defensa de la Educación y la Sanidad Pública así como Stop Desahucios y la Plataforma en Defensa de una Vida Digna. Todos ellos se han unido aquí para defender su tierra y su futuro.

 

En frente tenemos los oligopolios energéticos, los lobbys nuclear y gasístico, las empresas privadas del sector sanitario y de la educación, los bancos y sus desahucios, los mercados y sus secuaces. Son verdaderos gigantes con los que tenemos que enfrentarnos, pero la energía positiva desprendida por los defensores de las causas reunidas aquí hacen tener esperanza para continuar con estas luchas. Desde luego, el viaje no ha sido en balde.

 

 

Víctor García de Lucas