El pasado 26 de Noviembre los trabajadores de TRAGSA votaron NO al preacuerdo firmado por los sindicatos mayoritarios (CCOO, UGT Y CSIF) para resolver el ERE al que no se unió CGT. En este preacuerdo se contemplaba el despido de casi 600 trabajadores aparte de rebajas, tanto salariales como de condiciones laborales.
Los trabajadores dijeron NO a los chantajes de la empresa que, como siempre, intentó meter el miedo en el cuerpo y que, como siempre, quiere hacer recaer en los más débiles las medidas más duras. Porque mientras se habla de despedir alegremente (gracias a la reforma laboral aprobada por el gobierno del PP) a entre 600 y 800 personas, existen en el organigrama de TRAGSA decenas de cargos que ganan más que el presidente del gobierno. Se habla de despedir y dejar sin sustento a 800 familias mientras se subcontratan obras o se saca a gente de ETT´s como sucedió cuando aceptaron reventar la huelga de limpieza en Madrid.
Los altos cargos de esta empresa, recordemos que pública, se reparten millones año tras año del dinero de todos, sentados en sus despachos, mientras los trabajadores soportamos escarchas, calores, trabajos de otro siglo, realizados en ocasiones con materiales y equipamientos de otro siglo, por unos sueldos (también de otro siglo) que apenas dan para terminar el mes . Pero claro, los culpables somos nosotros, somos los que tenemos que soportar sus ajustes y sus medidas de flexibilidad, bonito eufemismo con el que nos venden las medidas neoliberales que asfixian cada vez más a las clases bajas.
Pero los trabajadores también dijeron NO a una representación social que actúa de espaldas al trabajador, que no escucha lo que le dicen las bases y que toma decisiones por su cuenta, esperando sacar réditos en una negociación posterior. Dijeron NO a la falta de comunicación, de información y de comprensión por parte de unos representantes que, parece, lo único que querían era pasar a otra cosa que no es otra que la negociación del convenio que tenemos a la vuelta de la esquina. Por supuesto no son los sindicatos los que despiden, como dijeron en la asamblea, pero éstos deben actuar de otra manera qué como meras comparsas de los ataques que estamos sufriendo la clase trabajadora.
Con todo no hemos ganado nada. Difícil es ganar con las reglas del juego trucadas por ellos. El ERE saldrá adelante y tocará pelear por los trabajos de los compañeros despedidos y por las condiciones de los que se queden. Con más razón la empresa debe encontrarse con una fuerza opositora que le pare los pies o que por lo menos ponga piedras en el camino de la autodestrucción que han emprendido. Pero para eso es necesario que las bases de los otros sindicatos tomen el control, que los afiliados y delegados exijan saber, que pidan responsabilidades a sus representantes y que todos seamos más combativos, solidarios y tomemos de una vez conciencia de clase.
SECCIÓN SINDICAL CGT-TRAGSA CUENCA
SOV CGT CUENCA