Hace un año el Consejo de Gobierno de Castilla la Mancha aprobaba la incoación de la Fiesta de Los Toros como Bien de Interés Cultural en nuestra Región, con lo cual se daba cumplimiento a uno de los compromisos de la presidenta regional y, lo más importante, se recogía un sentimiento arraigado entre los castellano-manchegos que de forma mayoritaria consideran los festejos taurinos como una inequívoca expresión cultural.
Como ya se expresó en su momento, esta iniciativa se realiza desde el máximo respeto a cualquier tipo de posibles posturas contrarias, pero, como defensores de nuestras tradiciones, en ningún caso podíamos hacer omisión de nuestras funciones dejando sin proteger una costumbre tan arraigada en nuestro ámbito territorial.
Pero nuestro compromiso no se ha limitado a impulsar este importante reconocimiento legal, pues a lo largo de este año también hemos apoyado diferentes iniciativas como presentaciones de libros, jornadas, exposiciones…orientadas a dar a conocer el interesante y complejo entramado histórico, artístico, económico y ecológico que se encuentra detrás del apasionante mundo del toro.
Aunque algunos lo intentan, sería absurdo negar la evidencia de la legendaria vinculación entre el ser humano y el toro, que desde hace milenios ha dado lugar a diversas muestras artísticas y literarias, no obstante aún queda mucho camino por recorrer para mostrar esta atractiva y compleja realidad, por ello debemos incidir en hacer una apropiada pedagogía sobre el importante relevancia de los festejos taurinos, que sobrepasa la intensidad que se puede vivir y disfrutar en cualquier plaza de toros.
La defensa de la tauromaquia está por encima de las ideologías, por ello no debemos permanecer impasibles ante interesados planteamientos que usan y manipulan la fiesta de los toros como señuelo para reivindicaciones ajenas a la auténtica realidad cultural y patrimonial que representan los festejos taurinos. Ante estas actitudes estamos convencidos de que es la información el instrumento más eficaz, por lo cual seguiremos colaborando con aquellos proyectos que ayuden a expresar los valores artísticos, ecológicos y económicos que se derivan de esta íntima y fructífera relación entre el toro y el ser humano.
Por último, no podemos olvidar que se trata de un espectáculo que rehuye el artificio y busca lo auténtico, proporcionándonos en estos momentos tan convulsos sabias lecciones con las que podemos afrontar los retos que se nos plantean: con valor, pero sin temeridad, asumiendo los riesgos que deben ser afrontados con la verdad, sin concesiones vistosas para buscar un rápido y vacío aplauso del espectador poco experto sino realizando los lances precisos que llevan al triunfo personal y al éxito y la felicidad colectiva.
Marcial Marín
Consejero de Educación, Cultura y Deportes