Un año más los vecinos de los municipios serranos de Landete y Fuentelespino de Moya volvieron a unirse para celebrar la festividad de la Fuen María.
La Historia cuenta que fue un pastor de Fuentelespino el que encontró la imagen mariana en un paraje de Landete. Hoy ese paraje es una ermita en la que miles de personas festejaron y compartieron viandas y licores en honor a la patrona.
Tras casi un mes en la localidad conquense la Fuen María abandonó la iglesia de Landete a las 9.30 horas del lunes; un año más la imagen fue llevada en volandas por las calles de la población. Por delante, algo más de dos kilómetros que cientos de vecinos decidieron hacer a pie junto a su patrona. Una vez pasado el arco de bienvenida a la ermita la Virgen cambiaría de manos para ser portada por los devotos de Fuentelespino en un acto que se repite anualmente y que muestra la buena relación existente entre los habitantes de ambas localidades.
Los cánticos, las arengas y los gritos de 'Viva la Virgen de la Fuen María' fueron la banda sonora de un día de sol que se alargó hasta bien entrada la madrugada, y en el que tampoco faltaron los bailes típicos de la zona. Ataviadas con el típico traje de serrana una docena de niñas de entre siete y doce años bailaron a la puerta de la iglesia al son que tocaba la Unión Musical Santa Cecilia de Landete. Las canciones locales también se habían escuchando la tarde anterior durante la ofrenda floral con la que los niños agasajaron a la Fuen María.
Peculiaridades
A pesar de que la fiesta no ha sufrido grandes diferencias en comparación con los años anteriores, 2012 ha sido el punto de partida de una nueva forma de organización. Por primera vez desde hace mucho tiempo tiempo un grupo de jóvenes locales se echaba el peso de la fiesta a hombros y se lanzaba a crear una asociación cultural que sería el eje de la fiesta y de las actividades celebradas en honor a la Fuen María.
Todos ellos han pasado días de trabajo, esfuerzo y sacrificio para que los vecinos de Landete y de los pueblos cercanos pudieran difrutar de los actos programados. Bailes, juegos populares, actividades infantiles y el sorteo de una cesta valorada en mil euros han sido solo algunas de las acciones llevadas a cabo por aquellos que han sacrificado la fiesta para que la patrona tuviese una fiesta tal y como merece.