Asistimos estos días, sin demasiada perplejidad porque ya se oían truenos, a un nuevo capítulo de la realidad lamentable de nuestro sistema financiero y que en otro tiempo nos contaron que era el mejor del mundo.
En este orden de cosas, y tras anunciarse la “nacionalización” de Bankia para poder tapar el agujero negro de 7 mil millones de euros (previsiblemente ampliable en otros 2,5 mil millones más), comprobamos que el Gobernador del Banco de España, Sr. Fernández Ordóñez anda desaparecido en combate. Se echan de menos sus panfletarias declaraciones sobre cualquier cosa, incluida la reforma Laboral última. Pero en este tema no ha abierto la boca. Y debería, porque es responsabilidad del Banco de España la vigilancia y control de las entidades financieras y de crédito. MAFO, como también se le conoce, a mediados de Abril nos aseguraba que Bankia gozaba de muy buena salud… ¡pues menos mal! Entendemos que se hace necesario su dimisión o en su caso su cese inmediato por una sola razón: su incapacidad manifiesta y su desentendimiento de lo que está sucediendo.
Pero centrándonos más en el tema entendemos que es una barbaridad que se sigan disfrazando aunque sea de Lagarterana los inmensos chorros de dinero para salvar la gestión de la Banca, cuando no hay ni para gasas en la Sanidad, según quiere hacernos ver el Gobierno. ¿Será casualidad que el importe de la ayudita a Bankia (7.000 + 2.500) coincide casi con el segundo recorte a la Sanidad y la Educación (10.000 m/€)? Como en algún sitio se ha dicho, en esas alturas son imposibles las coincidencias: es más importante la banca que la salud y la educación para nuestros gobernantes, lo que hace que se sienta vergüenza ajena.
Pero como ya no saben cómo disfrazarlo para que la gente no salte han decidido llamarlo “nacionalización”, y algún incauto dirá que mira qué sensibles se han vuelto Montoro, Guindos y compañía. Por Nacionalización se entiende desde el momento en que se pone dinero público a cambio de acciones, esto es, forma parte del capital social.
Dicho esto, ahora el Estado es el socio mayoritario de Bankia. Esto le brindaría una ocasión preciosa para que éste pueda hacer lo que IU pide, que en este caso es que la cartera industrial de BANKIA (que incluye acciones en IBERIA, IBERDROLA o NH HOTELES) pase a la SEPI, para impulsar un proceso de reindustrialización, y que el negocio financiero sea el germen de una Banca Pública, que sirva para ayudar a familias y a pymes a salir de la crisis. El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre España, apuntaba a la necesidad de crear una Banca Pública que sirva para la reactivación económica.
Pero mucho nos tememos que lo único que pretende este Gobierno es socializar las pérdidas que ya no se pueden tapar de nuestras particulares “subprime” que llenan de activos de valor casi nulo los balances de los bancos y cajas. (¿Por qué se consintió que se llegara aquí? ¿Por qué el Gobernador del BE no indicó que las Cajas de Ahorro no estaban para especular?) Y posteriormente privatizar los beneficios procediendo a su venta a precio de saldo a otros bancos una vez limpio Bankia de polvo y paja.
Lo que se está tratando finalmente es de culminar el traspaso de deuda privada de la Banca en Deuda Pública del Estado, para lo que actuaciones como la de Bankia son procesos necesarios.
¿Qué otra explicación puede tener que el Sr. Rato dimita tras el pufo pero deje nombrado al sustituto?
No se concibe si no es con el fin que sospechamos que alguien que lo ha hecho tan mal que tiene que dimitir deje nombrado un “hereu”.
Tampoco se concibe que el ya socio mayoritario de Bankia no imponga una dirección de su confianza…a no ser que la dirección heredera lo sea. Y si lo es, es admitir como buena la política del Sr. Rato, la Sra. Aguirre y demás personajes implicados.
Todo esto nos hace sospechar que este tipo de actuaciones marcan definitivamente el camino por el que piensa seguir el Sr. Rajoy de apoyo incondicional a la banca aún a costa de la vida de muchos españoles: esos españoles que se quedan ya sin asistencia social, que tendrán que re-pagar prótesis, medicinas, desplazamientos a cientos de kilómetros para recibir tratamientos oncológicos como es el caso de los conquenses.
El resumen sería: quitamos hospitales y colegios para que los banqueros sigan haciendo negocio una vez arreglado éste con el dinero de todos. Esto, como decía un buen amigo, es propio de una república bananera o de una paquidérmica monarquía. Y no parece que nadie vaya a ser juzgado por eso.
ANA MARIA SANCHEZ DOMINGO
Coordinador Provincial de IU - Cuenca