Artículos de Opinión

¿Hispabonos para rescatar a las CCAA? No, gracias, que cada cual se pague sus juergas

Redacción | Martes 10 de abril de 2012

El Tesoro español tantea ya, por desgracia, la fórmula de los ‘hispanobonos o hispabonos’ (títulos de deuda de las comunidades autónomas que contarán con el aval explícito del Estado) lo que permitiría a las endeudadas autonomías financiarse apelando al mejor rating (calificación crediticia) del Estado y, por tanto, con una previsible mejor respuesta de los inversores (que actualmente no se fían de las quebradas y manirrotas CCAA españolas, especialmente Cataluña y Valencia, pero también Castilla-La Mancha y Cantabria, entre las castellanas, Murcia, Baleares,… todas ellas en situación helénica), y a menor coste, a cambio de comprometerse con sus metas fiscales.

¿Comprometerse Cataluña con España, con el Estado? juas, juas. A estas alturas, ¿somos idiotas o qué? ¿Debemos avalar todos los españoles a todas las regiones, algunas tan abiertamente desleales cuando no hostiles? Ni en sueños, que cada cual se pague sus juergas y aguante sus resacas despilfarradoras, como hasta la fecha, sin avales del resto. Si avalar a un insolvente es del género tonto, hacerlo a quién además de despreciarte es un traidor potencial, es suicida. Los hispabonos, como los eurobonos, son ‘la solución’ que proponen los manirrotos a tanto dispendio y mala gestión.

Alemania lo sabe bien y no acepta. ¿Seremos los españolitos más tontos que los alemanes? Apuesto a que sí, con el agravante de que aquí, además, los antiespañoles catalanistas nos piden pagar la fiesta conjuntamente a todos los restospañoles, no todos castellanos, y sin aceptar que les fiscalicemos las cuentas, sin mirar que hacen con ese dinero (Grecia tampoco acepta inspectores alemanes, y los alemanes, que no son idiotas, pues no tragan).

¿Qué implica emitir hispabonos?
La Generalidad de Cataluña, con el agua al cuello, propuso al Estado en agosto de 2011 (todavía gobernaba la banda de ZP) la emisión de unos hispabonos que agrupen la deuda de todas las comunidades autónomas. Sería algo similar a los eurobonos, a los que tanto se resiste Alemania, y tanto piden otros miembros de la eurozona (los manirrotos e insolventes, los países populistas y poco serios, es decir, los del sur mediterráneo). El Estado emitiría deuda en representación del conjunto de CCAA y luego se repartiría ese dinero entre ellas. Como se ve, para endosarnos sus deudas, para resolver sus graves problemas de financiación, Cataluña si quiere ser española. De este modo, la financiación por hispabonos abarataría la deuda de ciertas comunidades, aunque encarezca la de otras y la del Estado en su conjunto (esto sí es, señores catalanistas de ‘Espanya ens roba’, un expolio financiero en toda regla) que verían aumentar así injustamente sus costes financieros vía intereses y dificultada y retrasada su recuperación económica (a mayores costes financieros o del tipo que sean, menos inversión, menos empleo, luego muchos restospañoles castellanos permanecerán en el paro más tiempo del debido gracias a estos enjuagues periféricos). Es decir, que toda España (la bien, y la mal gestionada) pagaría los platos rotos de todas las regiones, incluidas las traidorzuelas. Si mañana, alguna se independizase y no pagase, esos bonos avalados por el Estado y cuya vida residual son 10 años de promedio, los pagaríamos sí o sí el resto. Restospaña no solo salva a traidores, sino que se quedaría con la deuda de Antiespaña y aceptaríamos pagar más por la propia para ayudarles. ¿Cree alguien que nos lo van a agradecer? Lean al final. En eso consiste el plan de CyU (CiU) y que Rajoy estudia. Un servidor no está por la labor, no es que no me sienta español, simplemente no me fio de quien continuamente da muestras de no ser de fiar.

Es un momento perfecto para decirles adiós, para enseñarles lo poco centralistas, opresores y expoliadores que somos los castellanos.

Expansión.com del 23/03/2012 titulaba: “¿Son necesarios los hispabonos? La prima de riesgo de Cataluña y Valencia supera los 800 puntos básicos […] En estos momentos, los niveles a los que cotiza la deuda en el mercado secundario de muchas de las CCAA son insostenibles. Es el caso, por ejemplo, de Cataluña y la Comunidad Valenciana, cuya prima de riesgo supera los 800 y los 900 puntos básicos respectivamente”. ¿No les recuerda esto a Grecia? “El bono catalán emitido en 2009 se sitúa en niveles del 9,48%[1], es decir, 407 pb sobre el bono español y 779 sobre el alemán. Para vencimientos más cortos, la situación incluso empeora, llegando a 819 pb sobre la referencia alemana”.

“La percepción del inversor sobre la Comunidad Valenciana es todavía peor. El bono valenciano, con importe de 400 millones de euros, que emitió la Generalitat el pasado 10 de marzo de 2010 y que vence en 2020 rinde el 12,13%. Esto supone una diferencia de casi 700 puntos básicos frente a la deuda española (genérico a 8 años) y 1.062 frente a la alemana. Un bono más líquido, con un volumen de 950 millones de euros, que emitió Valencia el 2 de noviembre de 2006 y que vence en cuatro años marca el 9,47%, es decir, el diferencial se reduciría hasta los 900 puntos básicos frente a Alemania. Además de la desconfianza que ha generado el elevado déficit de estas autonomías, los inversores no se han tomado bien las continuas rebajas de ráting que han sufrido. Valencia cuenta con una calificación que se sitúa por debajo del grado de inversión o lo que más comúnmente se conoce como bono basura”.

Pues bien, mientras todo esto sucede, mientras Cataluña quiere que sus deudas sean de todos los españoles, que se metan en una caja única o cubo de la basura único del Estado donde enjuagar sus dispendios, al mismo tiempo, sin ruborizarse, esos mismos políticos nos dicen en el XVI congreso de Convergencia que se celebra en Reus (Tarragona) entre el 23 y 25/03/2012 que quieren un Estado propio, soberanía plena, independencia, ‘estructuras de país dentro de la UE’ (Artur Mas dixit) y que se están preparando para una ‘batalla épica contra España’ (Pujol dixit). Es un momento perfecto para que dejen de lloriquear como nenas y cumplan sus amenazas separatistas de una vez por todas, de demostrarnos lo independentistas que son, que ya tenemos ganas, pero sin hispabonos.

En resumen, que los castellanos (y demás restospañoles que queden) o actuamos como los alemanes, o somos idiotas. Todo parece indicar que seremos lo segundo, esta vez gracias al PP de marianico (¿el corto?), que pretende salvar de paso a sus correligionarios de Valencia, y de todas partes, por cuanto todas las CCAA han caído, o están a punto de hacerlo, en manos del PP. ¡Y pensar que todo este desastre económico que nos dejó el PSOE de Zapatero fue posible, entre otras cosas, gracias al apoyo que IRC (ERC) y CyU (CiU) le prestaban!

Y digo yo, en el fondo, ¿no es todo esto la prueba del fracaso estrepitoso del Estado autonómico, al menos tal y como se diseñó? Por otra parte, ¿cómo salvarnos de la bomba de relojería político-económica que pesa sobre los restospañoles si se emiten los hispabonos? Solo hay una forma, que los sondeos previos que Economía hace en los mercados antes de aprobarlos, resulten un fracaso, que los inversores institucionales, incluso con el aval del Estado, digan, no gracias. Ojalá. Y eso porque igual que pienso que Grecia debe declarar la quiebra, y que pierdan los bancos acreedores (tal y como nos sucedería a usted y a mí si nos equivocamos en un negocio ruinoso), y no millones de ciudadanos ‘recortados’, Cataluña y Valencia (y las que vengan detrás), deben quebrar y a continuación replantearse el modelo de Estado autonómico. No hay otra. Se nos ha olvidado que a través de la deuda, una persona-empresa-región-país, etc. rica, puede llegar a la pobreza. A ver quién es el guapo que se lo explica a los catalanistas del ‘Espanya ens roba’, que como se ve, ya han encontrado su particular chivo expiatorio. No señores, es ‘Espanya quien roba a España’… ahora también con los hispabonos.

P.D.: 24h después de redactado este artículo, Oriol Pujol, flamante nuevo secretario general de CDC, defiende, en su habitual tono populista, amenazante y despectivo, pero que conviene tomarse en serio, la independencia económica ante una España de aguas podridas (y un referendum de independencia antes de 2014). “Las bases de CiU son como barcas que muestran cómo salir de las aguas podridas [españolas] que ahogan y hunden a Cataluña”. ¿No dicen querer independencia económica? Ah, no, solo para recaudar impuestos, para ventilar la podredumbre económica catalana quieren hispabonos, que la mierda se reparta. El marrón si es de todos. ¡Qué cara más dura! ¡Y qué lelos el resto si aceptamos!

P.D.: “El Estado va a avalar un papel aún más tóxico del que ya está asegurando –el de entidades financieras- y [los analistas] alertan del peligro de emitir deuda para pagar los vencimientos de más deuda, creando una especie de esquema ‘ponzi’ [estafa piramidal], -por no hablar de las consecuencias que va a tener para las emisiones del Tesoro-. […] la deuda del Tesoro, por su parte, previsiblemente ampliará su diferencial respecto a Alemania, al avalar comunidades cuyo riesgo de crédito es mayor que la del propio Estado. Algo que es probable afecte también a la calificación crediticia del Reino de España, más teniendo en cuenta que la mayoría de las agencias la tienen en revisión negativa” (Cotizalia.com, 30/03/2012). Resumiendo, que para ‘salvar’ (y solo temporalmente, porque esto no tiene cura sin cirugía) unas extremidades con gangrena (ciertas CCAA), se pone en peligro el cuerpo entero. Estos sobrecostes de financiación, ya de por sí elevadísimos, que todos los restospañoles tendremos que soportar para ayudar a Antiespaña, no serán ni agradecidos ni pagados por los mismos que alientan, desde Barcelona, las campañas de ‘España nos roba’ (una panda de merluzos que agitan el presunto expolio a la periferia esgrimiendo solo las balanzas fiscales regionales, y escondiendo otras, como las balanzas comerciales o las de ahorro-inversión, que una vez tenidas en cuenta dan, con creces, la vuelta a la tortilla). Alguien, algún día, debería calcular esos sobrecostes y añadirlos al debe de la factura de romper España y que nos deberían abonar a los castellanos y demás restospañoles que quedemos. Ya sé que es harto utópico, que ellos, los peris, se mantienen como españoles mientras la teta del Estado de leche y cuando deje de darla, y se piren, no lo harán si han de devolver lo expoliado, pero al menos que no nos tomen por mendrugos, que aunque son conceptos de más difícil entendimiento por el común (requieren de conocimientos financieros más complejos), no somos tan imbéciles como nos consideran.

Javier Martínez