En un artículo aparecido en ABC el pasado día 7, el ministro Wert anunciaba un nuevo reglamento para el concierto de los colegios privados, y ello lo hacía dentro de la jornada “Hacia un nuevo modelo educativo”, organizada por la Confederación de Centros Educativos.
Todo el mundo en este país tiene el derecho de pedir al Estado. Si así lo hacen grandes empresarios y banqueros, no van a ser menos los titulares de medianas empresas como son los colegios privados. El primer problema radica en la pertinencia de su justificación, pues se confunde derechos del individuo avalados por la Constitución, y por tanto obligaciones del Estado: la Educación pública; con libertades en la creación de empresas, o la libertad de enseñanza, donde el Estado sólo ha de respetar y permitir. El segundo problema atañe a la veracidad de los argumentos, de los datos en este caso.
Los representantes de la patronal de concertada denuncian que sus empresas sólo son financiadas en el 80% del gasto por parte del Estado, con lo que el resto debe ser aportado por los padres, que ya pagan impuestos para financiar el 100% de los centros públicos. Olvidan que la diferencia del salario del profesorado, entre el concertado y el público, no llega a más del 2%, y que trabajando este profesorado una hora lectiva más cada día, esa plusvalía va al bolsillo de la empresa, pues no es retribuida al trabajador. Suponemos que ahí está el negocio, o parte de él.
Manuel González, presidente de Concee, añade que el coste de creación de un centro está entre doce y catorce millones de euros, sin contar el suelo. Dato que nos informa sobre el tipo de centro representativo en la concertada: grande o muy grande, por encima de 1000 alumnos. Por otro lado, CECE y FERE, patronales mayoritarias del sector concertado, solicitan al gobierno de Rajoy que “redimensione” las redes de centros sostenidos con fondos públicos.
Suponemos que quiere decir que se amplíe la red de concertados y, con ello, que disminuya la red pública. Su fundamentación, como otras veces, se basa en el criterio de coste de una y otra. Y he ahí la gran MENTIRA, pues utilizan los datos con intención de engañar.
Según datos de CECE (2008), la Administración gasta en cada alumno de la concertada 2.771 euros, mientras que en la pública son 7.083 euros. Por lo que las comunidades autónomas se ahorran 2.350 millones de euros con la concertada. Eso dice Antonio Rodríguez, presidente de CECE. Normal es que quien vende el caballo no le saque faltas, y que diga que corre mucho y come poco. Sin embargo según Mepsyd (2005), el puesto escolar público, en la enseñanza no universitaria, tenía un coste de 4.520€, con una diferencia entre los centros públicos de 5.299€, y los concertados de 2.480€. Luego, no cuesta tanto la pública cuando analizamos promedios. He ahí el error y el empeño en desdibujar la realidad. Isabel Celaá, Consejera de Educación del Gobierno Vasco, aporta datos más actuales y reales, y en un territorio que cuenta con las más altas cotas de calidad educativa, según diferentes estudios. La trampa está en el tamaño. Veamos la siguiente tabla.
Coste del puesto escolar en la Comunidad Autónoma Vasca.
|
Tipo de Centro |
Coste/alum. en Primaria |
Coste/alum. en Secundaria |
Coste/alum. Concertada (Prim-Sec)* |
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1000 a. |
3.404 € |
6.063 € |
2.771 € |
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400 a. |
4.046 € |
--- |
0 € |
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25 a. |
9.397 € |
12.707 € (60 a.) |
0 € |
Fuente. Gobierno Vasco 2011; * Datos CECE 2008, todo el Estado.
En los datos presentados, asumimos que la diferencia en tres años se ha reducido, pues el gasto público en la concertada ha aumentado. Otro aspecto interesante es el territorio. La Comunidad Autónoma Vasca es la que más dinero invierte en educación. Según Víctor Ruiz, el promedio de coste por alumno en este territorio es de 10.388 euros, mientras que en Castilla-La Mancha es sólo 6.749 euros. Como podemos observar, según las fuentes empleadas y las estadísticas analizadas, primaria, secundaria, promedio parcial, total, etc. los resultados, al comparar, son muy distintos, por lo que cada interesado mostrará tal o cual dato que apoye su discurso.
El promedio de alumnos por profesor en la educación secundaria en Cuenca, este curso, es de 10 alumnos. Si multiplicamos esos 10 por el coste de 6.749 €, obtenemos una cifra de 67.490 €. Descontado el capítulo 1, la nómina de ese profesor promedio, nos quedarían unos 25.000 €. Es decir, que más de un tercio del coste del puesto escolar, se destina a otros gatos, que no es el profesorado: inspección, administración (que también ofrecen servicio a la privada), construcción del propio centro, etc. Si ahora comparamos el coste del puesto en la concertada, que va casi la totalidad a capítulo 1 de docencia, 2.800 euros, con la mitad del coste de la pública, que sería también la docencia, 2.100 € en primaria y 4.000 € en secundaria. La diferencia ya no es tan grande ¿no?, en incluso en primaria es más barata.
Consideren que en la pública se deben construir centros nuevos, y en todos los sitios, grandes ciudades y pueblos, se ha de dar un servicio con la misma calidad, a grupos de 30 alumnos y a grupos de 3 alumnos, y eso encarece el servicio. Sin embargo, la educación privada se rige por otros intereses, y si bien es cierto que algunos son altruistas, la mayoría busca una rentabilidad económica. Sirva como ejemplo el último informe de EL MUNDO con los 100 mejores colegios privados, donde la mayoría supera el coste de la pública. Aunque en este caso pagado directamente por los padres. Algunos quisieran estos centros privados, con todas las variables que rodean este modelo, a coste cero para los clientes. Algo que ya existe, la educación concertada, y que se extiende. Pero no nos cuenten que es más barata. Todo lo contrario. A corto plazo lo hemos visto. A largo plazo, miren la crisis y pregúntense a qué colegios fueron los que hoy gobiernan el mundo.
Santiago Langreo Valverde
STE-CLM