Desde EQUO consideramos vital una actuación a nivel global en la lucha contra el cambio climático; el desafío al que se enfrenta la humanidad transciende las fronteras. Actualmente la pérdida de masa de hielo diaria conjunta de Groenlandia, la Antártida y los glaciares suponen una aportación de agua a los océanos de 1 km3 diario y creciendo. Los beneficios económicos del uso de energías contaminantes son locales pero los efectos subsiguientes afectan a todo el planeta, por lo que exigimos imputar tasas directas e indirectas, a los combustibles fósiles y la energía nuclear, así como a todos los equipamientos y usos ineficientes de la energía.
Siguiendo la información aportada por eminentes científicos así como el informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), se deben seguir dos vías para evitar el desastre, un plan urgente e inmediato y otro a más largo plazo y no vale la una sin la otra pues no hay tierra fértil disponible suficiente para compensar con reforestación lo que se emite, y mucho menos lo que ya está emitido y sobra:
1. Dejar de añadir de forma gradual CO2 a la atmósfera, o sea, organizarse para una rápida eliminación de las emisiones actuales a un ritmo anual del 6%, empezando no más tarde de 2013.
2. Retirar el exceso de carbono; 100 Gigatoneladas de Carbono "GtC" (100.000.000.000.000 kilos de carbono) presente en la atmósfera a valores seguros; en un plazo de 50 años, que podría ser en el período 2031-2080.
3. Para lo primero es necesario ir hacia un nuevo modelo energético de fuentes renovables, una herramienta fundamental para luchar contra el cambio climático y una fuente de empleo verde y de desarrollo tecnológico. Pero fundamentalmente debemos ir hacia una reducción drástica en el consumo de energía. El menor rendimiento de las fuentes renovables impiden una transformación rápida que permitan mantener el consumo actual con una baja emisión de CO2. EQUO propone la reducción en un 30% sobre el consumo de 2007.
En el segundo caso no bastaría con plantar miles de millones de árboles desde ya. Se deben implementar planes para cambiar de manera definitiva las prácticas agrícolas actuales. La agricultura debe abandonar el laboreo intensivo y dejar de usar fertilizantes de origen químico, evitando así la continua degradación actual del suelo. Sólo de esta forma podrá dejar de ser una fuente de CO2 para convertirse en un sumidero neto lo que permitiría retirar de la atmósfera entre 0,4 y 1,2 GtC/año. Esto no significa otra cosa que abandonar la agricultura industrial.
Desde EQUO queremos ofrecer un escenario que posibilite a la gente joven, las generaciones futuras y otros seres vivos del planeta la oportunidad de residir en un mundo similar a aquél en el que se ha desarrollado la civilización. También queremos destacar el peligro que entraña que ciertos partidos desdeñen los riesgos obviando el principio de precaución y poniendo en riesgo el futuro de millones de personas.