Cuenca

En manos de los indecisos

Redacción | Lunes 07 de noviembre de 2011

A dirigentes del PSOE como a Pepe Blanco les salen las cuentas. Pese a que las encuestas dan una mayoría aplastante del PP, creen que los últimos datos aun dejan resquicios suficientes que les permiten pensar que “todo es posible”.


Blanco se basa en un dato ciertamente objetivo. Pese a que las encuestas dejan claro que el PP aumenta en intención de voto, este aumento no sería decisivo. La enorme distancia entre ambos partidos se debe sobre todo al hundimiento del PSOE, sus votantes les habrían abandonado masivamente y engrosado un indefinido grupo de “indecisos”. Esto es lo que parecen indicar los datos del CIS que plantea un escenario de votante identificado con ideas progresistas y un margen de indecisos del 31 % (más de 8 millones de votantes). Blanco propone que el PSOE puede repescar los suficientes votantes de entre esa gran masa de indecisos mayoritariamente progresistas para incluso ganar las elecciones. Pero, ¿Dónde han ido todos esos votos?, ¿están aún al alcance de las redes del PSOE o han ido a otros caladeros?



 

Las encuestas de intención decidida de voto dicen que IU, UPyD y otras formaciones como EQUO podrían subir bastante, pero siguen sin salir las sumas, faltan millones de votantes que no aparecen en estas encuestas de intención de Voto, pero que si aparecen reflejadas en los datos de indecisos de la última encuesta del CIS.

Así pues, ese 31 % del electorado que no tiene decidido ni si va a votar ni a quien votará si lo hace, tiene en sus manos los resultados de las elecciones del 20 de Noviembre. Pero ¿a quién podrían apoyar, si es que están dispuestos a apoyar a alguien?

Lo primero sería analizar quién integra esa gran masa de indecisos. Ciertamente es difícil que sean potenciales votantes del PP. Su electorado está decidido, es fiel y todo el trasvase que podría llegar desde el PSOE, ha llegado ya. Parece que los indecisos son los tradicionales abstencionistas a los que se ha sumado una marea inmensa de desencantados del PSOE. Esa masa es, como bien analiza Blanco, mayoritariamente progresista, no quieren que gobierne el PP, pero tampoco quieren que gobierne el PSOE que está llevando a cabo políticas conservadoras, a estas alturas, la mayoría ve pocas diferencias reales entre ambos partidos y se siente desencantada. El espíritu de los indignados del 15 M encarna a esa multitud y quien haya escuchado sus lemas saben que no quieren al PP ni al PSOE. Es pues esta una masa atenazada por el bipartidismo que piensa que no hay otras opciones, pero su número es tan elevado que, si no se dejan atraer masivamente por la abstención pueden hacer que otros grupos den la sorpresa en estas elecciones ¿Qué opciones les quedan a estos votantes en busca de un partido al que votar?

Puesto que la sangría del PSOE está en su izquierda, parece que IU podría ser a priori el partido beneficiado. Es la alternativa clásica del votante progresista que se quiere alejar de los socialistas, sin embargo tienen en contra una imagen, ciertamente injustificada, de rancio postcomunismo. Pese a que esto genera un rechazo del progresismo moderado, es posible que buena parte de esos votos acaben llevando a IU a sus cotas máximas, muy por encima de los resultados que les auguran las encuestas actuales.
UPyD lleva meses probando un discurso progresista a la espera de conseguir pescar en las aguas revueltas del PSOE. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, e incluso en su programa electoral, no le ha temblado la mano al apostar por medidas ciertamente alejadas del perfil de este tipo de votante. Así, asuntos como la apuesta por la industria armamentística o la energía nuclear, así como un flojo programa medioambiental o de defensa de los animales, le ha alejado de los votantes pacifistas y los ecologistas, tintes de los que se colora buena parte de ese electorado potencial. Por otro lado, la política de UPyD en los años que lleva teniendo representación en el parlamento, sitúan a este partido en una situación ideológica más centrista que progresista. UPyD podría arañar algunos votos más, pero parece que lo que le dan las encuestas está cerca de su techo.

Así las cosas, EQUO se plantea como una alternativa interesante para buena parte de esos votantes. Su ideario es claramente progresista, no le constriñen los prejuicios postcomunistas que hacen daño a las expectativas de IU ni la indefinición y las posturas ambiguas frente al militarismo y el medio ambiente que condicionan a UPyD. EQUO ha sabido aunar el interés medioambiental con un concepto de sostenibilidad económica que puede tener buena acogida entre la masa de los indecisos. El gran problema de esta formación es darse a conocer, a ello no han ayudado las muchas barreras puestas en esta legislatura a los partidos de nueva formación. EQUO ha tenido que presentar avales de parte del electorado en cada provincia presentada y además a última hora se le ha retirado el derecho de publicidad gratuita en televisión. Pese a ello, EQUO podría ser la gran sorpresa del 20 N.


Las sumas de Blanco y otros dirigentes del PSOE no contaban con que esos votantes indecisos son verdaderamente progresistas y en gran parte también indignados y estarían ya lejos de los caladeros del PSOE. Parece que si estos votantes potenciales consiguen evitar el agujero negro del abstencionismo, pueden hacer que IU y sobretodo EQUO den una sorpresa en las urnas que, y en eso si podría acertar Blanco, condicionase la victoria del PP. Pero ¿estarían los dirigentes del PSOE dispuestos a aceptar los retos planteados por partidos mucho más progresistas que ellos? ¿o se decantaría entonces por proponer el “gran pacto de estado” con el PP promulgado por algunos de sus líderes como José Bono? Solo el 20 N despejará nuestras dudas.