El vicepresidente del Consorcio de Medio Ambiente, Ángel Mariscal, ha pedido hoy a Carmen Torralba “que se documente antes de hablar y hacer el ridículo”, como lo ha hecho al valorar el acuerdo alcanzado entre el Consorma y la empresa Urbaser y que permitirá adelgazar considerablemente la factura del Ayuntamiento de Cuenca y la de otros consistorios en la gestión de sus residuos voluminosos urbanos. Mariscal le ha explicado que la deuda pendiente del Ayuntamiento de Cuenca con Urbaser no tiene “nada que ver con la gestión del punto limpio municipal sino con el tratamiento de los residuos voluminosos procedentes de la vía pública, es decir, con lo que los ciudadanos depositan y abandonan en las calles, los polígonos y las pedanías”.
Un matiz importante para poder hablar aunque también ha reconocido que “no extraña la falta de rigor de la señora Torralba después de ver cómo han dejado la Diputación Provincial y los Consorcios el Equipo de Gobierno en el que ella tenía mando en plaza”.
Mariscal ha defendido también su gestión como concejal de medio ambiente del Ayuntamiento de Cuenca al recordar que una de las primeras cosas que solicitó fue “que la Planta de tratamiento habilitara una línea para este tipo de residuos, ante la inminente clausura de la antigua escombrera, a finales de 2007, y que se hiciera a un precio razonable que no pasaba, precisamente, por 60€ la tonelada”. Además recuerda que el Ayuntamiento de Cuenca fue también pionero “en registrar y obtener autorización de su punto limpio, en disponer de ordenanza municipal para garantizar el servicio y, también el primero que, desde el primer día – el 5 de noviembre de 2007- contó con una empresa autorizada que lo gestionó de manera integral”.
Mariscal ha lamentado que las “prisas de Torralba para tratar de tapar su mala gestión al frente de la Diputación” le impida reconocer que el anuncio efectuado hace unos días por el presidente Benjamín Prieto, “es una buena noticia y más en los tiempos que corren, para los ayuntamientos implicados”.
Mariscal también ha recordado que consistorios como los de Tarancón, Motilla o San Clemente, entre otros, que abrieron sus puntos limpios con anterioridad a octubre de 2008, lo hicieron atendiendo “una petición expresa del anterior presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Juan Manuel Ávila Francés”, para que una empresa 'en pruebas' les gestionase los puntos limpios.
Lo patético, apostilla Mariscal, es que “ese 'en pruebas se ha traducido en que estos ayuntamientos tampoco han pagado las voluminosas facturas”. En opinión de Mariscal, “este es un pufo más de los que ha dejado el PSOE en la Diputación” y un ejemplo más de cómo se hacían las cosas: “en precario, sin contrato ni partida presupuestaria, ocultando la realidad a la opinión pública y a los ayuntamientos”. Lo malo, recuerda Mariscal, es que “el servicio se prestó, las facturas existen y también existen las reclamaciones de algunos ayuntamientos que, lógicamente y por la gestión chapucera de equipo en el que Torralba ocupaba un lugar destacado, no contaban con este gasto por un servicio en pruebas”.
El objetivo -añade Mariscal- del acuerdo alcanzado con Urbaser y que ya está listo a falta de ultimar unos flecos, es “solucionar este problema heredado, que la empresa cobre por el trabajo realizado y que la factura no acabe por estrangular a los ayuntamientos”.
No obstante, ha adelantado el vicepresidente del Consorma, en estos momentos, se está diseñando un Plan Integral para Mejorar la Gestión de los Residuos Urbanos en la provincia de Cuenca, que pretende, entre otras cosas “dar solución a la gestión de los residuos urbanos especiales y voluminosos (electrodomésticos, muebles y enseres, etc)”. La mayor parte de estos residuos se generan en actividades comerciales e industriales “cuya competencia de regulación y control quedan fuera de las competencias municipales”, aclara Mariscal, aunque son los ayuntamientos “los que tienen que cargar con el coste de su gestión”.