La procesión del mediodía del Viernes Santo dio comienzo en Cuenca a las 12:30 horas, partiendo desde la iglesia parroquial de San Esteban. Desde allí salieron la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón – con el paso de La Exaltación – y el Santísimo Cristo de la Luz (El Descendimiento). La comitiva, encabezada por la Banda de la Junta de Cofradías, avanzó por las calles Aguirre y Las Torres en busca de la Madre, Nuestra Señora de las Angustias, que aguardaba en la Puerta de Valencia.
Desde la iglesia conventual de las Reverendas Madres Concepcionistas Franciscanas se incorporó a la procesión la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, con las imágenes del Cristo Descendido y de Nuestra Señora de las Angustias.
Alrededor de las 13:15 horas, a su llegada a la Plaza del Salvador, realizaron su salida el Cristo de la Agonía —con los pasos de la Agonía y el Cristillo de Marfil— y el Cristo de la Luz —con los pasos de la Lanzada y el Cristo de los Espejos—. La procesión prosiguió su marcha ascendiendo por Alfonso VIII, respetando un estricto orden cronológico de los hechos representados en el Calvario mediante los distintos pasos procesionales, hasta alcanzar la Plaza Mayor, donde realizó estación.
La procesión del mediodía del Viernes Santo dio comienzo en Cuenca a las 12:30 horas, partiendo desde la iglesia parroquial de San Esteban. Desde allí salieron la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón – con el paso de La Exaltación – y el Santísimo Cristo de la Luz (El Descendimiento). La comitiva, encabezada por la Banda de la Junta de Cofradías, avanzó por las calles Aguirre y Las Torres en busca de la Madre, Nuestra Señora de las Angustias, que aguardaba en la Puerta de Valencia.
Desde la iglesia conventual de las Reverendas Madres Concepcionistas Franciscanas se incorporó a la procesión la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, con las imágenes del Cristo Descendido y de Nuestra Señora de las Angustias.
Alrededor de las 13:15 horas, a su llegada a la Plaza del Salvador, realizaron su salida el Cristo de la Agonía —con los pasos de la Agonía y el Cristillo de Marfil— y el Cristo de la Luz —con los pasos de la Lanzada y el Cristo de los Espejos—. La procesión prosiguió su marcha ascendiendo por Alfonso VIII, respetando un estricto orden cronológico de los hechos representados en el Calvario mediante los distintos pasos procesionales, hasta alcanzar la Plaza Mayor, donde realizó estación.