La falta de jóvenes en el campo y de agua para los cultivos son los principales retos estructurales del sector primario, que este lunes celebra su Día Mundial tras un año en el que los productores han inundado las ciudades con el ruido de sus tractores para hacer oír sus consignas.
Este lunes se celebra el Día Mundial de la Agricultura, una cita a la que se han unido desde instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a diversas universidades y organizaciones internacionales.
Y en esta fecha se hacen más latente las necesidades de un sector vital tanto para la alimentación mundial, como para el desarrollo de las zonas rurales y la conservación del medioambiente, tres asuntos que los agricultores han hecho especialmente visibles este año durante las movilizaciones organizadas por toda España.
El sector en datos
España cuenta con 16.783.025 hectáreas de tierra de cultivo, según los últimos datos de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos, y es líder en producciones como la de aceite de oliva y un referente mundial en alimentos como las frutas y hortalizas.
En estos campos trabajan unas 705.000 personas, según los datos de la Encuesta de Población Activa del INE del segundo trimestre de 2024, una cifra que se eleva hasta las 820.600 si se tiene en cuenta a la población activa.
La relevancia del sector primario en general y de la agricultura en particular en la economía española se puede ver en los propios datos del sector en el capítulo de exportaciones.
Durante el primer trimestre del año, el superávit comercial de la alimentación y bebidas en valor ha sumado 10.609,1 millones de euros, un 24,5 % más que en el mismo periodo anterior, resultado de unas exportaciones de 37.117,3 millones y unas importaciones de 26.508,2 millones.
Al detalle, España tiene un saldo positivo en el comercio de productos cárnicos, frutas, hortalizas y legumbres, aceites y grasas y bebidas.
El desafío del relevo
Para mantener la solidez de estos datos son necesarios trabajadores que participen en un sector con repercusión internacional, aunque, según alertan las organizaciones agrarias, la mano de obra está cada vez más envejecida y es más complicado encontrar personal.
Según los datos oficiales, en España sólo hay un 37 % de agricultores jóvenes, una tasa que ha descendido un 11 % desde 2009.
Por ello, la cuestión del empleo se ha convertido en un eje central tanto de las políticas agrícolas como de las reivindicaciones que ponen sobre las mesa las organizaciones.
Tanto Asaja, como COAG, UPA y Unión de Uniones (UdU) señalan este problema como una de las tres principales preocupaciones del sector y piden más ayudas para fomentar el empleo entre los jóvenes y, en general, una mayor concienciación sobre esta coyuntura.
"No hay unas políticas de relevo generacional adecuadas para el sector", señala a Efeagro el secretario de organización de Asaja, Juan José Álvarez, mientras que el representante de COAG, Miguel Padilla, advierte de la concentración de la tierra en manos de corporaciones y cómo eso dificultad la incorporación de jóvenes.
La incorporación de inmigrantes de una solución ante las dificultades para encontrar mano de obra, plantea el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos.
También tratan de encontrar medidas para solventar esta situación las administraciones; por ejemplo, este verano se ha celebrado un foro promovido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), sobre el relevo generacional con el objetivo de generar un debate en el que puedan participar los jóvenes.
Sequía y cambio climático
Cada año, los efectos del clima -tanto las sequías como otros fenómenos como el pedrisco o las danas- dejan en el campo pérdidas materiales y económicas que dañan la rentabilidad de las producciones, por ello las organizaciones agrarias señalan a este factor como otro de los que más preocupa al sector.
Por ejemplo, solo en 2023, la entidad de seguros agrarios Agroseguro registró una siniestralidad "récord" que se vio reflejada en los 1.241 millones de euros, lo que supone un 56 % más respecto al año anterior, debido a la sequía y el constante paso de frentes tormentosos.
Bien sea los cultivos hortofrutícolas, como el melón, la sandía y la patata, o los propios cereales; la falta de agua afecta a la mayoría de la actividad agrícola y empuja al sector a buscar nuevos modelos productivos ante esta situación, como la modernización de los regadíos, propuesta por el Ministerio.
El campo español y el mundial celebran hoy su principal actividad económica, la agricultura, una nueva ocasión para alzar la voz que ayuden a dar soluciones ante sus desafíos.