Así, sumando los asesinados en la posguerra nos encontramos con decenas de personas que desaparecieron del cementerio en la reforma de los 70 con el último alcalde de la Dictadura en Tarancón. Respeto a los muertos y reconciliación de la buena. Sabiendo quienes eran muchos de ellos, que eran de aquí, sabiendo del papel de Tarancón en la sanidad y de los hospitales que aquí hubo, estos ciudadanos desaparecieron de la faz de la tierra, sin más. Aún recordamos cuando vino Allan Craig por vez primera en octubre de 2011, una vez que supo que su padre había muerto aquí en el Hospital Americano nº 2 y tuvimos que decirle que no podría encontrar sus restos… Y como él, los familiares de Ángel Carrasco soldado de Tomelloso, o la familia de Serapio Navarro, aparcado en el Hospital Municipal de Tarancón, Hospitalillo, tras el cierre de la Cárcel de Uclés hasta que murió. Eso es concordia y lo demás son tonterías, o caprichos como dijo una concejala del PP en la legislatura 2011-2015. Caprichos, conciudadanos, querer encontrar los restos de un padre, un tío, un hermano, un abuelo…
Igualmente rendiremos homenaje a la memoria de Allan Craig hijo que falleció el pasado 2 de agosto en Fortrose, Escocia a consecuencia del Alzheimer que sufría desde hacía unos años. Allan fue el responsable de que se erigiera el primer memorial en nuestro cementerio en octubre de 2011 y de la plantación de un olivo, símbolo de la paz, junto a él. Allan nos ha dejado físicamente, pero siempre estará en nuestro recuerdo y en nuestra lucha, la lucha de demasiadas personas por la dignidad de la memoria de los suyos, por el intento de recuperar sus restos, por recordarles como lo que fueron y a qué se atrevieron en su antifascismo.
Por último, se cambiará la placa de taranconeros que murieron sirviendo en el Ejército Popular de la República Española (EPR) y Milicias Antifascistas para solventar un error y añadir nuevos nombres a la placa.
Así se cierra el memorial que comenzó Allan y que se ha convertido en un espacio de memoria único en el estado español, aunando a los brigadistas internacionales con las víctimas de la dictadura y aquellos que cayeron en los frentes con el EPR y los que murieron en nuestros hospitales, cuatro placas hombro con hombro, como hombro con hombro defendieron la República aquellos hombres y mujeres ante el fascismo europeo de Hitler, Mussolini y Franco.