Por fin el conjunto de la ribera del Júcar respira tranquilo. Lo bueno muchas veces se hace esperar. En medio de un ambientazo en la caldera de El Sargal, la victoria de los pupilos de Lidio Jiménez ante el potente cuadro irundarra, recientemente proclamado subcampeón de la Liga Asobal, les permitió zanjar su nueva permanencia en la máxima categoría del balonmano español. Y ya son dieciséis años de manera consecutiva lográndolo. Ahí queda la gesta, no exenta de temporadas muy complicadas como la de este curso liguero que, afortunadamente, para los intereses del club presidido por Isidoro Gómez Cavero ha terminado felizmente con una salvación que ha costado muchísimo.
Centrándonos en el intenso choque que dirimieron ambos conjuntos, por lo visto en el 40x20 podemos afirmar que en la primera parte el equipo de Jacobo Cuétara, liderado por un inmenso Gorka Nieto, mostró su mejor versión, a diferencia de un Cuenca que le costó carburar en defensa. A pesar de ello, la escuadra conquense que llegó a perder por tres goles (9-12), reaccionó en el tramo final de este primer periodo reduciendo la diferencia al descanso a la mínima expresión (14-15).
Y en una segunda parte no apta para corazones sensibles, los verdes, además de exprimirse en defensa, mejorando notablemente en esta faceta con respecto al primer acto, dieron una auténtica lección de amor propio, resiliencia y fe. Virtudes estas, que le permitieron no solo remontar, tras ir de nuevo tres abajo en el marcador (15-18), sino que le catapultaron a la ansiada victoria que al final de los sesenta minutos tanto afición como jugadores celebraron con mucho entusiasmo. No es para menos, el objetivo de la permanencia se había logrado.
Dentro de la magnífica actuación coral del conjunto castellanomanchego, también cabe destacar especialmente las prestaciones de jugadores de la talla de Pozzer, del albiceleste Fede Pizarro; el “arcángel” Miguel Espinha que en los momentos clave del encuentro sacó a relucir sus cualidades bajo los tres palos, sin olvidar a un extraordinario Sergio López que estuvo enorme, anotando goles decisivos. Sin duda, hombres diferenciales en el esquema de Lidio Jiménez que, por ende, se ganaron el seguir manteniendo, en lo venidero, esos galones que cada uno en su respectivo rol se han ganado a pulso.
Ficha técnica
29. BM. Cuenca (14+15): Espinha; Dani Neves, Nacho Pizarro (2), Pozzer (4), Fede Pizarro (7), Tchitombi (2), Hackbarth (4, 2p), siete inicial, Teixeira, Sergi Mach (1), Pablo Simonet (2), Rubén Río (2), Juanjo Fernández, Diego Vera (1) y Sergio López (4).
26. Bidasoa Irún (15+11): Harbaoui; Emparan, (2) Forundarena, Da Silva, Gorka Nieto (8, 5p), Dariel García (4), Asier Nieto (2), siete inicial, Iñaki Cavero, Jevtic (1), Endika Sáez, Esteban Salinas (1), Asier Iribar (1), Pedro Pacheco (3), Sladkowski (4) y Tito Díaz.
Marcador cada cinco minutos: 3-3, 6-6, 8-8, 9-9, 11-13, 14-15, descanso, 18-18, 22-21, 24-23, 26-24, 26-25 y 29-26.
Árbitros: Jesús Escudero Santiuste y Andrés Rosendo López. Excluyeron, por parte local, a Juanjo Fernández y Tchitombi y, por parte visitante, a Jevtic, Da Silva y Sladkowski.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 30ª jornada de la liga Plenitude Asobal disputado en el polideportivo El Sargal que registró la mejor entrada de la temporada con más de 1.600 espectadores.