Aunque no me cita en ningún momento ni se refiere para nada a mi texto, el cronista oficial de la ciudad de Cuenca, don Miguel Romero, responde en su artículo “Acerca de los adecuados recursos patrimoniales” (La Tribuna de Cuenca del 17 de abril) al que yo firmé en el digital cuencanews el pasado día 13 (“Sobre una guía turística oficial”). Denunciaba yo en aquel escrito la sarta de errores y disparates que el señor Romero ha vertido, por pura ignorancia, en la guía Cuenca. Patrimonio, arte y cultura, editada en papel recientemente por el Ayuntamiento de la capital conquense y colgada en Internet en la web Cuenca es Turismo desde hace unos meses.
En su escrito de La Tribuna, el señor Romero engaña doblemente a sus lectores, primero porque reduce a dos equivocaciones —calificar como barroco el arco de Jamete y atribuir a Juan Pablo Mártir Rizo y Antonio Ponz escritos anteriores a 1589 cuando ninguno de los dos había nacido en esa fecha— el cúmulo de disparates, despropósitos y barbaridades de todo tipo que reúne en su guía, cuando en mi texto yo exponía, sin ningún ánimo de exhaustividad y a título de meros ejemplos, no menos de una quincena; en segundo lugar, porque presenta esos dos errores de los que habla como si él mismo los hubiese advertido, cuando he tenido que ponérselos crudamente ante sus ojos para que los vea.
El cronista oficial de la ciudad alega en su defensa, con una considerable dosis de benevolencia para consigo mismo, que esas dos equivocaciones se le escaparon “por descuido, que no por desconocimiento”. Si así fuese, tendríamos que concluir que el señor Romero vive en un estado permanente de descuido. No es así: se trata de pura ignorancia reafirmada y acreditada en el tiempo. Lo dijo la Racal cuando, en el mes de junio del pasado año 2023 denunció en un comunicado otros errores del cronista oficial de la ciudad de Cuenca y el plagio, nunca desmentido por él, al que sometió al profesor Cerda Costabal en su libro Leonor de Inglaterra, reina de Castilla: “el de la ignorancia del señor Romero es un asunto en el que, para decirlo en términos coloquiales, viene lloviendo sobre mojado desde hace demasiado tiempo; somos muchos los que llevamos años soportando estoicamente un chaparrón tras otro, poniéndonos amarillos cada dos por tres con sus textos o sus intervenciones públicas por no querer ponernos colorados una única vez denunciando abiertamente sus errores, sus plagios y sus falsificaciones históricas”.
Podría enumerar aquí decenas de esos errores, plagios y falsificaciones históricas, pero me voy a limitar a recordar un texto suyo que me parece suficientemente representativo de su falta de rigor y un par de ejemplos de la verborrea vacua y pretenciosa que caracteriza sus escritos. El texto llevaba el título de “Miguel de Cervantes encontró el camino de la lana” y fue publicado en el número 3 de la revista LifeCuenca, de julio de 2020; en él narraba el señor Romero un supuesto viaje del autor del Quijote a la Herrería de Santa Cristina para visitar a su nieta que, también supuestamente, vivía en aquella localidad conquense. La nieta de Cervantes nació en 1607 y apenas vivió un par de años, por lo que el viaje hubo de producirse en el lapso de tiempo comprendido entre ese 1607 y 1610; según el cronista oficial de nuestra ciudad, en el trayecto hacia la Herrería Cervantes (que, recuérdese, falleció en 1616) se encontró con una peregrinación a Santiago de Compostela que tuvo lugar en 1624 y visitó en Priego a don Fernando Carrillo de Mendoza, que había muerto en 1579. Dejo a la sagacidad del lector la tarea de encontrar alguna coherencia a esas fechas.
En cuanto a los ejemplos del peculiar uso del lenguaje que habitualmente hace el cronista oficial en sus textos, los ejemplos se podrían multiplicar ad infinitum, pero a mí me gustan mucho dos “perlas” extraídas de sus artículos periodísticos: en uno de ellos el señor Romero escribió de alguien, supongo que sin inmutarse, que “fue siempre un hombre ejemplar que luchó por inculcar a sus hijos las carencias formativas que él no pudo tener” (“Huerta de la Obispalía y Cuenca lloran por su hijo ilustre”. Las Noticias de Cuenca, 28/05/2022); en el otro afirmó que “hablar de Endiablada en estos tiempos modernos que corren es hacer proxelitismo [sic] de un término que puede encerrar sensación rocambolesca de misticismo” (“Endiablada”, eldiadigital, 6/02/2020).
¿Descuido? No: ignorancia pura y dura.
José Antonio Silva